La arquitecta peruana, directora de World Monuments Fund afirma que “el adobe (la tierra) es el material del futuro, es sostenible. Pero se enfrenta a la corrupción, al lobby, al calentamiento global."

Norma Barbacci, consultora en Preservación Histórica, presentó la ponencia ”Arquitectura de la Tierra – Valoración y Menosprecio” el viernes 5 de junio en el marco del VII Festival de Arte Andino Arica Barroca.

Norma Barbacci, ex-Directora del Programa para América Latina, España y Portugal de World Monuments Fund (WMF), organismo dedicado a la preservación del patrimonio arquitectónico del mundo, se desempeña en la actualidad como consultora a través de la compañía Norma Barbacci Preservation Consultants (www.normabarbaccipreservation.com).

En esa presentación, Norma Barbacci hizo una presentación sobre la importancia histórica de la construcción de tierra y recalcó su impacto actual, afirmando que alrededor de un tercio de la población mundial actual vive en viviendas que usan la tierra como material de construcción.

En su presentación en el Festival cuyo lema, este año, es “Sayarikuna” (“Nos levantaremos”, en quechua), la arquitecta destacó las propiedades del adobe, como son ser un material ecológico, económico, accesible, resistente (cuando se construye bien y se mantiene), saludable, que aporta a la calidad de vida (muy térmico), versátil, flexible y que aporta a la identidad cultural.

Entre sus mayores amenazas mencionó los sismos, las inundaciones, la humedad, los prejuicios, la pérdida de conocimientos, la falta de mantención e intervenciones inadecuadas.

A partir de esa ponencia, conversamos con Norma Barbacci

¿Cuáles el principal peligro que enfrenta el adobe?

“La falta del conocimiento ancestral, el saber del hacer, porque no se ha continuado la práctica de construir y mantener”, afirma, “basta una generación que no lo haga, que no mantenga la práctica, y se pierde el conocimiento que se ha transmitido por generaciones. Esto también pasa con otras técnicas, como pasó en China con algunas técnicas de fabricación de papel. Tuvieron que buscar a ancianos para poder recuperar algunas de ellas.”

Sin embargo, la arquitecta reconoce que “es difícil crear las condiciones para mantener esas técnicas.”

Gran Mezquita de Djenné, Mali, ecured.cu (c)
Gran Mezquita de Djenné, Mali, ecured.cu (c)

Universidades, conocimientos e investigación

El conocimiento sobre el adobe pareciera no importar…

“La Universidad Católica del Perú ha hecho muchas investigaciones, en California también. Son trabajos que han servido para crear normativas, como la del Perú (que ha inspirado legislaciones de India o Chile, por ejemplo).”

Hay investigación, lo que falta es difusión de éstas”, sostiene, “cualquier cambio o mejora con buena difusión puede generar grandes impactos, considerando no sólo lo cualitativo, sino que cerca un tercio de la población mundial vive en construcciones de adobe o de tierra.”

Una resistencia que genera este sistema constructivo es producto de “no ser considerado un material ingenieril”, dada la dificultad para normalizarlo.

Norma Barbacci reconoce que muchas investigaciones e iniciativas “se quedan en proyectos pilotos, éstos deben ser más participativos, llegar a las comunidades.” En este sentido, destaca la labor de la Fundación Altiplano, que ha realizado una serie de restauraciones de patrimonio y construcciones en adobe incorporando a las comunidades locales.

Prejuicios

Muchos de los problemas mencionados en relación a la construcciones en tierra “no existirían si no hubiese prejuicios”, afirma, “hoy el adobe pareciera que es para pobres o para élites. La élite puede construir como quiere. Pero me interesa que en el Alto Andino, por ejemplo, se use. Porque es más fácil de construir, está ahí, tiene buenas características térmicas, es accesible y no tiene huella de carbono.”

Sin embargo, “el salir del Perú me ha permitido apreciar y valorar el adobe”.

Valores inherentes al adobe

“La idea es enfocar el adobe como un tema de equidad, de antirracismo, social y económico más que técnico”, dice.

“A quienes más ha afectado -el desprestigio de la construcción de tierra- es a las personas de pocos recursos, más al perder esta tradición”, porque “se ha perdido la autovaloración. Las migraciones a la ciudad y el retorno (a sus lugares de origen) ha causado muchas pérdidas (al incorporar otros valores, otros conceptos de estatus, modas).”

La mantención es fundamental

El sistema imperante y la globalización han impuesto una cultura de lo desechable…

“Es importante entender que el mantenimiento es importante siempre. Y es más crucial en este tipo de construcciones”, afirma, “después de cada terremoto, las construcciones en adobe requieren mantención inmediata. Debiera haber financiamiento para esas mantenciones. Pero siempre vienen las constructoras que tiran todo abajo y luego construyen todo. Son los grandes contratos. Por eso es un tema de equidad. Es contra la corrupción también, que hemos visto que afecta a muchos países de Latinoamérica.”

Este sistema no es para una cultura de lo desechable. Es súper térmico, no necesita industrialización, transporte. Responde a un enfoque desde lo ecológico, lo medioambiental.”

Hassan Fathy, www.hassanfathy.webs.com (c)
Hassan Fathy, www.hassanfathy.webs.com (c)

El tema es devolverle el valor al adobe

“No sé cómo, pero se debe regresar a esa apreciación de las comunidades, incorporando servicios, introduciendo modificaciones que traigan el material al s XXI”, dice.

Actualizar el material con un uso contemporáneo. No todo debe ser igual, los diseños pueden cambiar. Se requiere una modernización, y eso puede cambiar el chip de que el adobe es un material de los pobres.”

“El adobe (la tierra) es el material del futuro, es sostenible. Pero se enfrenta a la corrupción, al lobby, al calentamiento global”, concluye Norma Barbacci.