La actriz brasileña Regina Duarte, secretaria de Cultura del gobierno de Jair Bolsonaro, destituyó este miércoles, tras asumir el cargo, a un responsable del sector artístico que había afirmado que el rock lleva al “aborto” y al “satanismo”.

La destitución de Dante Mantovani, designado en diciembre director de la Fundación Nacional de las Artes (Funarte), fue publicada en el Diario Oficial junto a la de otros cinco responsables de instituciones culturales.

En un video divulgado en Youtube, Mantovani, un director de orquesta, había afirmado: “El rock activa la droga que activa el sexo que activa la industria del aborto. La industria del aborto, a su vez, alimenta una cosa mucho más pesada que es el satanismo”.

Mantovani había sido nombrado por el predecesor de Regina Duarte, Roberto Alvim, quien fue destitutido tras anunciar el lanzamiento de un premio cultural con un discurso inspirado en el estilo y los propósitos de Joseph Goebbels, ministro de la propaganda del régimen de Adolf Hitler en la Alemania nazi.

Alvim, al igual que los funcionarios destituidos por Regina Duarte, son discípulos de Olavo de Carvalho, el gurú ideológico del presidente de ultraderecha Bolsonaro.

Carvalho, que vive en Estados Unidos, había asegurado el martes que la propia Regina Duarte estaba en el cargo por indicación suya. “Si Regina Duarte quiere librarse de los [funcionarios] propuestos por Olavo de Carvalho, tendría que echarse a sí misma”, tuiteó.

Y este miércoles volvió a la carga: “Aplaudir el nombramiento de Regina Duarte parece haber sido una cagada mía, una más entre tantas. No sé de dónde voy a sacar tanto papel higiénico”, escribió el polemista.

Pero la flamante secretaria de Cultura ignoró esa ofensiva y aseguró en la ceremonia de asunción del cargo que Bolsonaro le había dado “carta blanca” para actuar.

“Mi objetivo es la pacificación y el diálogo permanente con el sector cultural, con los estados y los municipios, con el Parlamento y los organismos de control”, agregó.

Regina Duarte, conocida como “la noviecita” de Brasil por los papeles que interpretó en telenovelas de los años 70 y 80, es la cuarta responsable del sector de la cultura desde que Bolsonaro llegó al poder en enero de 2019.

El mandatario lanzó una cruzada ideológica contra el “marxismo cultural” y cortó subsidios a proyectos criticados por los sectores más conservadores de las iglesias neopentecostales que lo apoyan.