Una entrevista escrita sacó de su habitual calma al escritor brasileño multiventas Paulo Coelho, quien por estos días promociona su más reciente libro, Hippie.

En el texto, publicado por el suplemento XL Semanal, el autor perdió la paciencia con las preguntas de la periodista Virginia Drake, quien primero lo hizo reflexionar sobre su condición de autor adinerado.

Las preguntas de la periodista fueron incomodando poco a poco a Coelho, quien incluso pidió “borrar” la entrevista en más de una ocasión.

¿Se puede ser ‘hippie’ viviendo en Ginebra, en una casa extraordinaria con vistas al Montblanc, rodeado de obras de arte y con mayordomo?”, le consultó Drake. “Sí, porque lo hippie no es el exterior, es el interior; es tu cabeza, es la manera de ver la vida”, le respondió Coelho.

Periodista: Pero también era una forma de vivir.

P. Coelho: No; no es una forma de vivir, es una forma de mirar la vida.

Periodista: Los ‘hippies’ eran contestatarios, rebeldes contra el sistema, rechazaban el consumismo capitalista, defendían el amor libre, vivían cerca de la naturaleza…

P. Coelho: Pero mira cómo es mi casa: está vacía.

Periodista:. ¿Vacía? Es enorme y tiene muchos cuadros, esculturas y detalles ‘curiosos’.

Más adelante la conversación sube de tono, y el autor, evidentemente desconcertado con las preguntas punzantes, decide parar todo y comenzar el diálogo desde cero, petición a la que la periodista se negó.

Periodista: Su nombre es una multinacional, tiene su propia agencia literaria, más 1300 contratos en vigor, ha vendido más de 225 millones de libros, ha sido imagen publicitaria de una conocida marca de coches, de una pluma estilográfica…

P. Coelho: ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? Mira, ser rico no es una cuestión de dinero, no tiene nada que ver.

Periodista: Hombre, seguramente sí.

P. Coelho: ¡Déjame hablar! Me interrumpes todo el rato y no me dejas que me explique. El dinero en mi caso es una abstracción. Cuando gané mis primeros 100.000 dólares, yo me creía riquísimo y después… ya no puedes calcular, no puedes contar, son impulsos eléctricos. ¡Pero no viene al caso! Yo conozco gente que es muy pobre porque la única cosa que tiene es dinero.

Tras el lapsus, el brasileño solicitó la primera interrupción. “Lo reitero: yo no soy hippie. Además, no te puedo explicar mi pensamiento porque a cada momento me interrumpes. Borra todo y empezamos de nuevo”, la desafió Coelho. “No, no; seguimos y prometo no interrumpir”, reaccionó.

Sin embargo, minutos después los ánimos no se calmaron y el escritor volvió a solicitar “borrar todo”. Fue entonces cuando Drake nuevamente lo persuadió a continuar la conversación, esta vez tocando otros tópicos.

Ya en el ocaso de la entrevista, Coehlo resumió con ironía su extraña respuesta.

Periodista: Vamos a dejarlo aquí, como amigos. Siento haberle puesto nervioso al principio.

P. Coehlo: Tú no me has puesto nervioso. Yo soy un asesino, y los asesinos no se ponen nerviosos. Los asesinos sólo matan o salvan.

Periodista: ¡Ah! Pues gracias por haberme salvado.

P. Coehlo: ¡De nada! Jajaja.