Ucrania y Rusia suspendieron este domingo los vuelos directos entre ambos países, un nuevo episodio de la crisis que los enfrenta, que afectará a cientos de miles de pasajeros.
El último vuelo comercial entre Moscú y Kiev aterrizó en el aeropuerto principal de la capital ucraniana, Boryspil, en la madrugada del domingo.
Desde entonces, ningún avión conecta las dos antiguas repúblicas soviéticas, entre las cuales viajaban 100.000 pasajeros cada mes.
“Nunca pensé que llegaríamos a esto”, dijo uno de los pasajeros del último vuelo, Aleksandre Mijailin, un informático ruso de 30 años. “Esto me va a complicar la vida”, explicó el hombre, que acostumbra a hacer escala en Kiev en sus idas y vueltas entre Moscú y Viena.
La prohibición de vuelos directos también afectará a las numerosas personas con familiares en ambos países.
Las relaciones entre Ucrania y Rusia atraviesan su peor crisis desde su independencia, después de que Moscú se anexionara la península ucraniana de Crimea en marzo de 2014, y del conflicto entre Kiev y los separatistas prorrusos del este del país.
Kiev y los países occidentales acusan a Moscú de haber instigado ese conflicto y de apoyar militarmente a los separatistas.
En ese contexto, Ucrania anunció en septiembre una serie de sanciones contra Rusia, entre ellas la prohibición de cuatro aerolíneas rusas (Aeroflot, Transaero, Sibir y Rossia) que operaban vuelos desde Crimea tras su anexión.
Días después, Moscú respondió anunciando el cierre de su espacio aéreo a todas las aerolíneas ucranianas, a partir del 25 de octubre.
En represalia, Ucrania prohibió las actividades de todas las compañías aéreas rusas en su territorio.
Kiev y Moscú mantuvieron encuentros bilaterales esta semana en Bruselas, pero no consiguieron encontrar una solución a este nuevo conflicto.
Los pasajeros ucranianos y rusos tendrán que hacer escala en Chisinau (Moldavia), Minsk (Bielorrusia) o Riga (Letonia) para volar entre los dos países.