Los equipos de rescate intentaban este viernes socorrer a cientos de personas bloqueadas desde el jueves en la ciudad japonesa de Joso, donde el desbordamiento de un río a consecuencia de las lluvias torrenciales dejó también 25 personas desaparecidas.

Las fuertes precipitaciones, que dejaron tres personas muertas en el archipiélago, provocaron el viernes por la mañana el desbordamiento de otro río, cuyas aguas inundaron una localidad situada más al norte.

Las autoridades movilizaron a unos 5.800 soldados, policías y bomberos en las zonas inundadas, explicó un portavoz del gobierno el viernes. Unos 500 socorristas continuaron las labores de rescate durante la noche, según la cadena de televisión pública NHK.

En Joso, los helicópteros de los bomberos, de la policía, del ejército y de las televisiones sobrevolaban el río Kinugawa, que se salió la víspera de su cauce e inundó parte de esta ciudad de 65.000 habitantes, situada a unos 60 kilómetros al norte de Tokio.

Unas 25 personas continuaban desaparecidas el viernes a mediodía, entre ellas un niño de ocho años, según NHK, y otras sietes resultaron heridas, declaró a la AFP un funcionario de la prefectura de Ibaraki, Hiroaki Tachi.

“Nos esforzamos al máximo para salvar personas”, dijo Tachi, quien instó a la población a no bajar la guardia.

Asimismo, un segundo río se desbordó el viernes por la mañana en Osaki, en la prefectura de Miyagi, donde las autoridades emitieron una orden de evacuación para los 1.000 habitantes de todo un barrio, según un responsable local.

Las televisiones mostraron imágenes de las ciudades de Joso y Osaki inundadas, con el agua alcanzando en ocasiones la primera planta de edificios de madera.

Más de 100.000 personas recibieron la orden de evacuar sus hogares ante la posibilidad de que la lluvia, que ya cesó en Tokio, siga cayendo con fuerza el viernes en la región de Tohoku (noreste), según las previsiones de la Agencia Nacional de Meteorología.

Las alertas de nivel máximo continúan en vigor en estas regiones, que ya se vieron muy golpeadas por el tsunami del 11 de marzo de 2011.

Para evitar riesgos a sus obreros en la región, el constructor de automóviles Toyota suspendió su producción en tres fábricas de las prefecturas siniestradas de Miyagi e Iwate, más al norte.

El paso de varios tifones ha generado fuertes precipitaciones en una gran parte del archipiélago desde hace una semana.