El primer ministro de Grecia, Alexis Tsipras, multiplicó este fin de semana los contactos con dirigentes europeos antes de la esperada cumbre del lunes, en la que se tratará de evitar un ‘default’ griego que tendría consecuencias imprevisibles.
Tsipras se entrevistó este domingo por teléfono con la canciller alemana Angela Merkel, el presidente francés François Hollande, y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, para exponerles las propuestas de su país de cara a “un acuerdo mutuamente beneficioso”.
El lunes, antes de la cumbre, mantendrá una reunión en persona con los representantes de los acreedores: Juncker, el presidente del Consejo europeo Donald Tusk, la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, el presidente del BCE, Mario Draghi, y el jefe de los ministros de Finanzas de la Eurozona, Jeroen Dijsselbloem, según una fuente del gobierno griego.
De momento no se filtró nada sobre el contenido de las propuestas formuladas por Tsipras, que quiere “una solución definitiva y no provisional”.
Desde Milán, el jefe del gobierno italiano, Matteo Renzi, se mostró no obstante optimista y aseveró que “están reunidas” todas las condiciones para un acuerdo “beneficioso para todas las partes”.
Hollande, de visita en Milán, dijo por su lado que está haciendo “todo para que el acuerdo sea global y duradero”.
El tiempo apremia más que nunca. Grecia debe reembolsarle al FMI el 30 de junio más de 1.500 millones de euros, pero no podrá hacerlo si antes no recibe los 7.200 millones de euros correspondientes al último tramo de asistencia financiera de sus acreedores.
La posibilidad de una salida de Grecia de la zona euro no es ningún tabú, y el sábado, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Jacob Lew, advirtió que no se puede “conocer exactamente la reacción de los mercados y su estado de ánimo si Grecia fracasa”.
La incertidumbre es tal que las retiradas en efectivo de los bancos griegos se han acelerado, y esta semana se sacaron entre 4.000 y 6.000 millones de euros, según la prensa local.
Para abordar la situación de los bancos griegos y probablemente aumentar de nuevo los fondos de emergencia puestos a su disposición, los gobernadores del BCE mantendrán el lunes de mañana una teleconferencia excepcional.
Con o sin el FMI
Antes de partir este mismo domingo a Bruselas, Tsipras presidió en Atenas un consejo de ministros para preparar la estrategia frente a los acreedores, que rechazaron previamente las propuestas griegas en una serie de negociaciones infructuosas.
Grecia se mantiene firme respecto a algunas condiciones, destacó el ministro de Estado, Nikos Pappas, en el diario Ethnos este domingo: “Restablecimiento del derecho laboral, ninguna bajada de salarios o pensiones, plan estratégico exhaustivo sobre el problema de la deuda”.
El sábado, otro ministro, Alekos Flambouraris, sugirió que el gobierno estaría dispuesto a acelerar la supresión de las prejubilaciones y a bajar el umbral impositivo de los beneficios de las empresas.
Flambouraris recordó eso sí dos condiciones “indispensables”: “flexibilidad presupuestaria” y reestructuración de la deuda pública, superior al 170% del PIB griego.
En caso de que se extienda el programa de asistencia, Pappas rechazó que el FMI siga ayudando a Grecia junto a la UE y el BCE, a causa de la “agenda unilateral y para nada europea” de la institución de Washington.
En una tribuna en el diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung, el ministro de finanzas griego, Yanis Varoufakis, apeló a la canciller alemana a actuar con responsabilidad y a no “echar por la borda al único gobierno griego que es fiel a sus principios y que puede guiar al pueblo griego en el camino de la reforma”.