Un laboratorio del departamento de Defensa en Utah transfirió “inadvertidamente” la muestra de ántrax a un laboratorio comercial y las autoridades gubernamentales de salud continúan examinando otras muestras que han sido enviadas a laboratorios en otros nueve estados, así como a un laboratorio militar situado en la base aérea de Osan, en Corea del Sur, dijo un funcionario del departamento a los periodistas.

La muestra activa de ántrax fue descubierta por el laboratorio comercial el 22 de mayo y otros laboratorios fueron entonces informados, señalaron funcionarios del Departamento de Defensa.

En Corea del Sur, hasta 22 militares pudieron estar expuestos al bacilo que provoca la enfermedad del carbón (ántrax), aunque ninguno presenta síntomas de contaminación.

En Estados Unidos, cuatro empleados de empresas diferentes “que trabajaron con el bacilo activo” recibieron un tratamiento preventivo por precaución.

Pero “no se conoce de ningún riesgo para el público en general, y no hay sospechosos o casos confirmados de infección por ántrax entre los trabajadores potencialmente expuestos en laboratorio”, dijo en un comunicado el coronel Steven Warren, portavoz del Pentágono.

El laboratorio de Dugway Proving Grounds, perteneciente al ejército, envía rutinariamente muestras “dead” (muertas) de ántrax, inactivadas con radiación para investigación científica, dijeron oficiales de Defensa.

El Pentágono colabora con el Centro para el control y prevención de enfermedades (CDC) estadounidense, que investiga el incidente, “para desarrollar una prueba en el campo e identificar las amenazas biológicas en el medioambiente”, indicó Warren.

La enfermedad letal por ántrax se contagia por esporas, que han sido usadas en programas de armas biológicas en Estados Unidos y otros países.

El Departamento de Defensa, agregó su portavoz, “ha dejado de enviar material de este tipo desde sus laboratorios mientras dura la investigación”. 

La dirección de los CDC comunicó haber enviado a agentes a los laboratorios que podrían poseer muestras activas para proceder a una “consulta epidemiológica” y verificar las “medidas de seguridad tomadas con los asalariados” y “la gestión de los desechos”.

En 2014, los laboratorios públicos estadounidenses admitieron varios errores en la manipulación de bacterias peligrosas.

En julio de ese año, el director de los CDC, Tom Frieden, reconoció ante el Congreso numerosos casos de incumplimiento de los protocolos de seguridad en sus propios laboratorios. 

Reconoció entre esos incidentes, que no generaron contaminación, el envío a tres laboratorios de muestras de ántrax no desactivadas, cuando estos establecimientos no estaban preparados para manipularlas y su personal no estaba equipado