Dos altos cargos ucranianos fueron detenidos este miércoles acusados de corrupción, una detención que se llevó a cabo durante una rueda de prensa en la que los periodistas vieron como los funcionarios salían esposados de la sala, bajo la mirada de dos ministros.

La policía detuvo a Sergiy Bochkovsky, director del servicio de Emergencias de Ucrania, y a su adjunto, Vasyl Stoyetsky, ante la mirada de periodistas y fotógrafos, que estaban en una rueda de prensa.

Según la policía, los funcionarios habrían efectuado compras públicas de carburante “a precios mucho más elevados” que los de mercado.

El primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, advirtió durante la detención que esto “podría pasarle a cualquiera que viole la ley y que burle al Estado”.

“En un momento en que el país está en guerra, estamos contando cada centavo, y ellos robaron al pueblo y al Estado”, agregó.

El ministro del Interior, Arsen Avakov, afirmó que los dos hombres son sospechosos de desviar fondos hacia un paraíso fiscal.

“No estoy infringiendo el secreto de la investigación, lo que hacemos es una investigación pública”, aseguro Avakov.

El ministro afirmó además que esto no es “un espectáculo”. “Es un vacuna y es necesario que se haga públicamente”.

El actual gobierno ucraniano llegó al poder después del derrocamiento del presidente prorruso, Viktor Yanukovich, tras una serie de revueltas proccidentales. El nuevo ejecutivo anunció que la lucha contra la corrupción, un problema que golpeaba al país desde hace varios años, era una prioridad de su administración.

Estos arrestos se producen horas después de que el presidente ucraniano, Petro Poroshenko, anunciara la destitución del gobernador de la región de Dnipropetrovsk.

El poderoso magnate había sido nombrado en marzo de 2014 para dirigir la región de Dnipropetrovsk, fronteriza con las zonas que controlan los separatistas prorrusos, que se enfrentan al gobierno de Kiev desde abril pasado, en un conflicto que ha dejado más de 6.000 muertos.

Kolomoisky, 52 años, se reunió con Poroshenko en la noche del martes y presentó su dimisión, después de que las relaciones con Kiev se tensaran tras la aprobación de una ley que limita el poder de los accionistas privados en las empresas estatales, ley que afecta los intereses del poderoso oligarca.

Kolomoisky, quien tras el inicio del conflicto con los rebeldes separatistas fundó una milicia que ha sido muy efectiva a la hora de resistir el avance de los prorrusos, ha sido acusado de utilizar la violencia para afianzar su vasto imperio, que incluye desde entidades financieras, empresas metalúrgicas y medios de comunicación.