La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, anunció este miércoles un ajuste al impuesto sobre la renta que beneficia a los trabajadores y un incremento en la asignación de su plan social bandera, el mismo día que confirmó que se lanzará a la reelección en octubre.
El recorte tributario significa “una importante ganancia salarial indirecta y más dinero en el bolsillo del trabajador”, dijo Rousseff en un mensaje transmitido en cadena de radio y televisión por el Día del Trabajador, que se conmemora el jueves.
La mandataria defendió su política de “valorización” del salario mínimo -que prevé un reajuste en base a la inflación- como medio de “disminución de la desigualdad” y de “rescate de la gran deuda social”.
La mandataria aseguró la “inflación continuará rigurosamente bajo control”, aunque admitió que el aumento de precios, sobre todo en alimentos, ha generado “incomodidad a las familias”.
El centro de la meta oficial de la inflación anual es de 4,5%, con un techo de hasta dos puntos porcentuales más (6,50%). En marzo, con un pico de 0,92%, el índice de precios al consumidor acumulado en 12 meses anotó 6,15%, encendiendo alarmas.
Rousseff anunció además un aumento de 10% en la asignación del programa Bolsa Familia, un subsidio establecido en 2003 que beneficia a una 36 millones de familias pobres.
La mandataria hizo los anuncios el mismo día en que confirmó que buscaría la reelección en octubre, comicios para los que aparece como favorita con 37% de las preferencias en las encuestas, frente a 21,6% de su contrincante socialdemócrata Aecio Neves.
Sin embargo, Rousseff podría no contar con el apoyo de la coalición que la llevó por primera vez al poder hace cuatro años, en medio de algunos desencuentros con algunos aliados que impulsan la posibilidad de una candidatura de su antecesor, el expresidente Luiz Inacio Lula da Silva.