Miles de peruanos marcharon el sábado por las calles de Lima en rechazo a propuestas de leyes que consideran proabortistas y a favor de la vida en una manifestación pacífica convocada por colectivos sociales y la Iglesia católica, constató un periodista de la AFP.

Los manifestantes antiaborto, en su mayoría jóvenes e incluso familias con niños en sus brazos, llevaban pancartas con lemas alusivos a la defensa de la vida desde la concepción.

“Todos tenemos un niño dentro” era el lema dominante en la marcha que tuvo como uno de sus principales animadores al conservador cardenal peruano Juan Luis Cipriani, figura emblemática del Opus Dei en América Latina.

“La vida no tiene religión”, declaró el cardenal Cipriani, quien es también arzobispo de Lima, en alusión a la participación de colectivos evangelistas y católicos en la marcha.

La multitudinaria marcha busca presionar al gobierno nacionalista del presidente Ollanta Humala a retroceder en sus planes de regular el aborto terapéutico y de promover leyes a favor del aborto por violación.

“Queremos poner el tema (de defensa de la vida) en agenda”, acotó Cipriani, quien encabeza desde hace tres años estas marchas antiaborto en la capital peruana.

En el 2009 la presión de la Iglesia católica y de colectivos afines logró que el Congreso archivara un proyecto legislativo que busca legalizar el aborto por violación.

La ministra de Salud, Midori de Habich, anunció el jueves que el gobierno aprobaría antes de junio “la guía técnica que regula el aborto terapéutico”, el único que está despenalizado en Perú.

En Perú el aborto terapéutico es legal desde hace 90 años pero, según las autoridades, por falta de un protocolo médico las mujeres que lo requieren no pueden acceder a él.

La guía normará en qué casos se puede acceder a la interrupción del embarazo, y se aplica cuando la vida de la madre está en riesgo por razones médicas o para evitar el nacimiento de un niño con enfermedad congénita o genética grave que es fatal o que le condena a discapacidades muy graves, que ponen en peligro mortal su vida, según el ministerio de Salud.

Los grupos antiaborto están muy activos desde que Perú decidió en 2009 promover la píldora del día después -que la Iglesia católica considera abortiva- como parte de su política de salud pública de evitar los embarazos no deseados.

Perú es un país de amplia mayoría católica (85%).

Grupos feministas estiman que anualmente en Perú hay 376.000 abortos, la gran mayoría en condiciones inseguras y practicados a mujeres de pocos recursos económicos.