Los asalariados de los canales públicos de televisión griegos ERT intentaban este miércoles mantener las transmisiones y obtener que se retire el sorpresivo decreto de cierre del sector audiovisual estatal, firmado la víspera por uno solo de los tres partidos de la coalición gubernamental, el conservador Nueva Democracia.

El gobierno griego anunció el martes por sorpresa el cierre de la televisión pública ERT, “al término de la programación” de la jornada debido a su mala gestión, ante la oposición sindical y bajo la presión de los acreedores de la troika, que se encontraban en Atenas.

Los empleados de los canales públicos habían seguido emitiendo el miércoles a través de internet y de un canal local prestado por el partido comunista, constató la AFP en la sede de la empresa audiovisual pública griega.

Este miércoles pudo verse a través de la web www.ert.gr y del canal local 902 del partido comunista KKE un debate de periodistas sobre el golpe recibido en la víspera, por el que se quedan sin empleo cerca de 2.700 personas.

Los sindicatos del sector privado, GSEE, y público, Adedy, convocaron una huelga general de 24 horas para el jueves y una manifestación ante la sede de la ERT en Atenas para protestar contra su cierre.

Al igual que el líder del principal partido opositor Syriza (izquierda), ambos sindicatos calificaron de “golpe de Estado” este cierre y denunciaron “la persistencia del gobierno en tomar decisiones antidemocráticas extremas”. Los funcionarios, los periodistas y los marinos también estarán en huelga, según sus sindicatos respectivos.

Los socialistas y la izquierda moderada, aliados en el gobierno de coalición dirigida por el Primer ministro conservador griego Antonis Samaras, pidieron este miércoles que se celebre una reunión “tripartita” para hallar “una solución” al desacuerdo sobre el cierre de la radiotelevisión pública ERT.

Los ministros de Asuntos exteriores español y francés, José Manuel García-Margallo y Laurent Fabius, lamentaron este miércoles en Madrid el cierre de la radiotelevisión pública griega ERT, mientras Margallo alertaba de “la austeridad como dogma ideológico”.

“Cerrar una televisión pública no es jamás una buena noticia”, lamentó el ministro Margallo en una conferencia de prensa junto a su homólogo francés.

“Tengo que reiterar que elevar la austeridad a dogma ideológico lleva a consecuencias de este tipo”, advirtió el español.

Fabius tampoco ocultó su sorpresa ante el fulminante cierre de ERT.

“Hace falta imaginar en nuestro país que significaría, sin que se avisara en ningún momento, el cierre de la televisión. La gente está habituada a poner una cadena y se encuentra con una pantalla negra”, dijo el ministro francés.

Diversas organizaciones profesionales del segmento audiovisual y de la prensa llamaron el miércoles en Atenas a retroceder de inmediato sobre la decisión.

Grecia se ha comprometido ante sus acreedores, la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, a despedir a miles de funcionarios antes de fines de 2014, de los cuales 2.000 a fines de junio de 2013, para reducir gastos.

La Comisión Europea “tomó nota” el miércoles del cierre fulminante de la ERT y saludó la iniciativa del gobierno de presentar un proyecto de ley que reorganiza el servicio audiovisual público, un día después de este cierre, pero insistió en la función indispensable de un servicio audiovisual público en una democracia.

El presidente del sindicato de empleados, Panayotis Kalfayanis, llamó a ocupar el edificio, e indicó que iba a llevar el caso a “la justicia europea y la justicia griega”. “Aunque quieran destruir la democracia, las leyes se aplican todavía y voy a pelear”, dijo a la AFP.

El gobierno griego anunció este miércoles la presentación de un proyecto de ley que reorganiza el servicio audiovisual público en el país, un día después del cierre fulminante de la radiotelevisión pública ERT.

El texto prevé la creación de “una sociedad anónima pública perteneciente al Estado”, pero con “su propia organización administrativa y económica y bajo la égida del Estado”, según el primer artículo de este proyecto de ley.

“Cerramos algo que era turbio”, afirmó el portavoz gubernamental Simos Kedikoglou, al presentar este proyecto de ley, únicamente a los corresponsales extranjeros porque los periodistas griegos están en huelga.

Según este texto, “el funcionamiento de la nueva radiotelevisión” griega, que debería llamarse Nerit S.A. “no depende del Estado” y “dispone de independencia editorial y de programación”.

Este cierre por sorpresa provocó el martes por la noche concentraciones espontáneas de miles de personas y de sindicalistas frente a la sede de la ERT, en un suburbio de Atenas. Los participantes calificaban de “golpe de Estado” la decisión del gobierno, dirigido por el primer ministro conservador Antonis Samaras.

La decisión fue tomada sólo por la Nueva Democracia de Samaras. Los otros dos partidos de la coalición gubernamental, los socialistas del Pasok y la izquierda moderada Dimar, estaban en contra de esta medida.