La vida de lujos del ex rector de la Universidad del Mar, Héctor Zúñiga, en contraste a la dramática situación a la que fueron relegados los 18.000 ex alumnos de esa casa de estudios, reveló el programa “Esto no tiene nombre”, de TVN.
La investigación, que se extendió por 5 meses, comenzó mostrando la mansión donde vive Zúñiga, la cual se ubica en un exclusivo sector de Reñaca y está inscrita a nombre de la universidad. El inmueble cuenta con 7.000 metros cuadrados de terreno, 12 estacionamientos, 3 pisos, 10 habitaciones, jacuzzi y piscina, todo avaluado en más de 600 millones de pesos.
De hecho, se mencionó que si fuese arrendada, su renta estaría en torno a los 6 millones de pesos mensuales.
Sin embargo la opulenta vivienda es sólo una muestra de los beneficios que los controladores de la Universidad obtuvieron gracias a irregularidades que, en ocasiones, rayaban en el absurdo. Muestra de ello es la documentación exhibida por el programa donde tanto Zúñiga como Raúl Baeza, otro de sus dueños, se contrataban a sí mismos para asesorar a la institución, recibiendo “adelantos” de 5 millones de pesos cada uno.
Otra situación anómala fue la boleta de un pasaje aéreo a Washington por una suma superior a los 9 millones de pesos, monto que aún considerando asientos de 1º clase obtenidos el día anterior al vuelo, prácticamente duplica los valores de mercado.
El hecho se explica porque uno de los controladores había formado una agencia de viajes “de papel”, sin oficinas de atención a público, cuyo propósito exclusivo era comprar los pasajes para venderlos a la universidad, con la abultada comisión quedando a disposición de sus dueños.
A esto se suman boletas de telefonía móvil por montos cercanos a los 300.000 pesos mensuales a nombre de la Universidad del Mar, las que en realidad pagaban los teléfonos partículares de la familia de Héctor Zúñiga; o arriendos que repentinamente eran subidos desde 22 a 37 millones de pesos mensuales, beneficiando a las inmobiliarias de los propios dueños.
Héctor Zúñiga: “No hubo lucro en la Universidad del Mar”
Al ser entrevistado por el programa, Héctor Zúñiga, insistió en su inocencia, negando la existencia de lucro por parte de los controladores de la institución.
“Asumo que si yo hubiera hecho las cosas de otra manera no hubieran estado en la situación que están”, manifestó, agregando que “No hubo lucro en la Universidad del Mar. No hemos creado un sistema de negocios, buscamos la forma de tener una universidad con educación e instalaciones dignas para los alumnos”.
Con respecto a las propiedades que estaban a nombre de la universidad, pero eran usadas por directivos, Zúñiga argumentó a TVN que “los bancos no daban créditos a las entidades de educación. Por eso las universidades crearon inmobiliarias”.
En tanto, el subsecretario de Educación, Fernando Rojas, afirmó a 24 Horas que el programa había dado “Una muestra de irregularidades permanentes y abusos inaceptables”, culpando de la situación a la falta de atribuciones del Ministerio para fiscalizar o sancionar a las universidades, de las que ni siquiera puede requerir los libros de contabilidad.
“Por eso, hace un año y medio tenemos un proyecto de ley para una superintendencia que evite que estos casos se repitan y un nuevo proyecto de acreditación”, sentenció.
Respecto de los alumnos afectados por el cierre de la objetada casa de estudios, Rojas aseguró que “estatizar no es la solución” y que los estudiantes están en proceso de ser reubicados en otras instituciones de educación superior.