Las comunidades pehuenches y organizaciones ambientalistas de la zona precordillerana de Santa Bárbara, Quilaco y Mulchén elaborarán un documento que presentarán a una certificadora internacional donde advertirán sobre los impactos negativos causados por las plantaciones forestales.
Esto, en el marco del proceso de certificación de las normas FSC que realiza una empresa consultora para la forestal Mininco, ocasión en que los dirigentes indígenas y ambientalistas ya formularon sus reparos a las masivas plantaciones de pino insigne y eucaliptus.
La norma FSC apunta a que las empresas del rubro realicen un manejo forestal responsable de sus plantaciones, asegurando que se cumplan criterios de manejo económico, ecológico y social.
Las observaciones apuntan principalmente al agotamiento de las napas subterráneas y al incesante paso de camiones forestales por los caminos rurales, según explicó Fredy Pérez, de la organización “Aguas Libres” de la comuna de Santa Bárbara.
Por su parte, Pedro Suárez, presidente de la comunidad Nahuelmapu-Los Michales, abogó para que las empresas asuman su responsabilidad social con los habitantes del entorno.
El dirigente indígena también puso acento en lo que catalogó como deuda histórica de las empresas forestales de la zona y exigió gestos de reparación por la forma en que éstas se apropiaron de las tierras indígenas.