El primer ministro británico, David Cameron, urgió a sus socios de la Unión Europea este lunes a compartir la carga de la deuda y a permitir que el Banco Central Europeo juegue un rol más activo para impulsar la recuperación de la economía.

En unas declaraciones contrarias a la postura de la canciller alemana, Angela Merkel, quien insiste en que el banco central debe apegarse a su mandato de control inflacionario, Cameron afirmó: “No nos podemos permitir que los bancos centrales en todo el mundo se queden al margen”.

“La zona euro tiene dos opciones”, dijo Cameron ante una audiencia de líderes empresariales reunidos en el balneario de Los Cabos (México, noroeste) en vísperas del inicio de la cumbre del G20, que reúne a las principales economías del mundo.

“Pueden intentar recortar el costo de los salarios y de los precios en la periferia, en un intento por recobrar la competitividad… o el núcleo de la eurozona tiene que hacer más para apoyar a la periferia compartiendo las cargas fiscales”, dijo.

Cameron afirmó que Gran Bretaña no ingresará a la unión monetaria del euro, pero que los Estados que sí adoptaron la moneda única deben avanzar hacia una unión bancaria, unirse en una gobernanza económica y realizar “mayores transferencias entre miembros de la eurozona”.

“En Gran Bretaña hemos podido realizar el ajuste mediante una política monetaria flexible…y se está volviendo más claro en la zona euro que el centro, incluyendo al BCE, debe hacer más para impulsar la demanda”, dijo.

El consejo de Cameron puede no ser bien recibido por sus socios europeos.

Poco antes de su intervención, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, dijo que Europa no participaba en el G20 para recibir lecciones económicas o de democracia.