Con una misa en la catedral de Los Ángeles, este domingo se conmemoró a las 17 personas que murieron en la Provincia de Bío-Bío, víctimas del terremoto del 27 de febrero de 2010.

Con una afluencia de público menor a la registrada el año pasado, se desarrolló la eucaristía dirigida por el obispo Felipe Bacarreza, quien indicó que este tipo de eventualidades llevan a la comunidad a volverse hacia Dios, por lo que la ciudadanía y las autoridades deberían mantener una actitud de unidad.

Al término de la ceremonia religiosa, el gobernador Renato Paredes instó a los presentes a reflexionar en relación a las palabras del Obispo.

Al ser consultado en relación a la deuda moral que existe con aquellos que perdieron a un ser querido o sus pertenencias, el parlamentario dijo que la Concertación hizo todo lo que estuvo a su alcance esa fatídica madrugada.

En tanto, el senador Víctor Pérez sostuvo que para quienes sufrieron los efectos del megasismo sólo queda el consuelo de la justicia, que deberá determinar culpables.

Finalmente, el diputado Joel Rosales indicó que cuesta mantener el espíritu de unidad cuando la oposición descalifica todas las acciones del Gobierno.

La eucaristía contó con la presencia de autoridades locales y provinciales, además de los parlamentarios. También llegaron hasta la catedral representantes de instituciones y dirigentes vecinales, que en su momento lucharon por mejoras habitacionales.