Luego que James Byrne, de 29 años, sufriera la amputación traumática de su dedo pulgar mientras cortaba leña con una sierra, su trabajo como obrero de pavimentación parecía haber terminado.

Sin embargo los médicos del Frenchay Hospital en Bristol, tras comprobar que era imposible reimplantarle las falanges, le propusieron algo impensable: trasplantar el dedo gordo de su pie a su mano, para reemplazar el pulgar perdido.

Según declaró Byrne a la BBC, se considera un hombre “realmente afortunado” de volver a tener su dedo pulgar después del accidente, aún cuando sea de una forma tan inusual.

http://youtu.be/PIneexAEfuI