Un druida británico perdió el martes una batalla legal para lograr el retorno de unos restos humanos de hasta 5.000 años de antigüedad a su última morada original en el monumento megalítico de Stonehenge, en el sur de Inglaterra.

El druida, que se presenta como ‘Rey Arturo’, pretendía que la Alta Corte de Londres aceptara examinar una decisión del ministerio de Justicia que autorizó a los arqueólogos de la Universidad de Sheffield que desenterraron los restos en 2008 a quedárselos hasta 2015 para estudiarlos.

Rey Arturo, que iba vestido con una túnica tradicional de druida de color blanco, alegó sin éxito ante el juez que los restos calcinados de más de 40 cuerpos de hasta 5.000 años de antigüedad hallados en Stonehenge pertenecían a miembros de la “línea real” o de la “casta sacerdotal” que podrían ser “los padres fundadores de esta gran nación”.

Y expresó su temor de que los científicos nunca los devolvieran a su lugar original e incluso de que los trasladaran directamente a un museo.

“Tienen derecho a volver a su última morada original, Stonehenge”, dijo en la corte el druida de 57 años, y explicó que los suyos los consideraban como “los guardianes” del importante monumento prehistórico.

El juez desestimó su recurso alegando que no había pruebas suficientes de que el ministerio de Justicia hubiera actuado de forma no razonable.

Pese a este revés, Rey Arturo prometió seguir luchando y convocó un “día de acción” en Stonehenge para el próximo lunes, cuando se cumplen, según él, tres años de la salida de los restos del monumento.

Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1986, el monumento de Stonehenge es uno de los enclaves prehistóricos más antiguos del mundo y pese a años de estudios la razón de los grandes bloques de piedra distribuidos en circunferencias concéntricas continúa siendo un misterio.