El huracán Irene, que golpeó Puerto Rico, República Dominicana y Haití, se acercaba con una fuerza de 160 km/h a las islas Turcas y Caicos con pronósticos de que se fortalecerá el fin de semana soplando de sur a norte la costa este de Estados Unidos, informaron autoridades.

La costa este de Estados Unidos, sacudida el martes en la tarde por un terremoto 5,9 de magnitud momento, podría sufrir también los estragos de Irene desde Florida, al sur, hasta Nueva Inglaterra, al norte, que para el fin de semana contaría con una fuerza arrolladora, advirtieron el martes las autoridades de la agencia estadounidense de manejo de emergencias (FEMA).

Irene, un huracán categoría 2 desde la noche del lunes cuando golpeó República Dominicana tras su paso por Puerto Rico, mantenía vientos máximos sostenidos de 160 km/h y se hallaba a 115 km al noroeste de la ciudad dominicana Puerto Plata y 90 km al sur de la isla Gran Turca, informó el reporte de las 18H00 GMT del NHC con sede en Miami.

“El núcleo de Irene se moverá cerca o sobre las islas de Turcas y Caicos esta noche”, indicó el informe al apuntar que tras el paso por estas islas británicas de más de 30.000 habitantes el ciclón podría fortalecerse.

En el sureste de Estados Unidos “es imperativo que los habitantes de los estados que podrían verse afectados a finales de esta semana (por Irene) tomen esta tormenta seriamente”, dijo Craig Fugate, directivo de FEMA, en conferencia de prensa.

Por su parte, el director del Centro Nacional de Huracanes, Bill Read, afirmó que “la mejor suposición” por el momento es que Irene se acercará a Carolina del Norte y del Sur el sábado en la mañana.

“Estamos muy preocupados por lo que vaya a suceder en Nueva Inglaterra” (al norte), apuntó Read al mencionar un sistema de presiones atmósfericas que junto al huracán Irene podría traer “fuertes lluvias y vientos” a esta zona.

El último huracán categoría 3 que golpeó Carolina del Norte (sureste de Estados Unidos) fue Fran, en 1996, que dejó más de 20 muertos.

Irene podría alcanzar las costas de Estados Unidos convertida en una tormenta arrolladora, alcanzando la categoría cuatro sobre la escala de cinco niveles de la medición Saffir-Simpson.

En el sur de Florida, donde se encuentra Miami, el ciclón parecía alejarse el martes, pero podría sentirse más la centro y noreste del estado con sus coletazos de lluvias y vientos fuertes.

Pero tanto en Florida como en las Carolina empezaron las compras nerviosas para proveerse de agua potable, alimentos no perecederos y también linternas, radios portátiles y todos los artilugios que recomiendan los manuales de supervivencia a ciclones, propios de esta temporada, que se distribuyen en medios locales, páginas web o administraciones de edificios.

Las autoridades estadoundienses indicaron el martes que están trabajando con sus pares en Puerto Rico para identificar, movilizar y proveer de los equipos y recursos necesarios para aliviar el impacto de la emergencia, decretada por el presidente Barack Obama para desembolsar fondos federales a la isla que sufrió daños en su infraestructura entre el domingo y el lunes.

En Turcas y Caicos el ciclón dejó cientos de miles de casas sin electricidad.

“La anticipación a lo desconocido es casi siempre la peor parte de este juego de espera”, dijo Tim Ainley, de 60 años, un antiguo residente de Providenciales, uno de los islotes principales de Turcas y Caicos.

Los meteorólogos informaron que Irene se acercará a la zona central de las Bahamas el miércoles en la mañana y “podría convertirse en un huracán de mayor intensidad”.

Irene dejó al menos 11.000 personas desplazadas y unas 25 localidades aisladas en República Dominicana, mientras en Haití se temía por la suerte de los damnificados del terremoto de 2010 cuando el ciclón producía deslaves e inundaciones el martes.

En el oriente de Cuba las autoridades tomaban medidas preventivas ante la aproximación del huracán, el primero de la temporada de ciclones en el Atlántico en 2011.