El hotel Rixos, que aloja a los periodistas extranjeros y representantes del régimen en Trípoli, vivía este domingo una fuerte agitación tras el lanzamiento, por los rebeldes, del asalto a la capital libia.
Tiros esporádicos se oían al final de la tarde en las cercanías del hotel, así como explosiones en la lejanía.
Los responsables del hotel, entre ellos, su director, de nacionalidad suiza, abandonaron el establecimiento. Este último aseguró que los empleados habían recibido llamadas telefónicas de personas amenazando con tomar el hotel ya que alberga a oficiales libios.
Algunos representantes del régimen se encuentran en el hotel y otros no pudieron ser contactados. Unos pocos guardias armados y empleados seguían en el local.
Los periodistas preparan sábanas blancas en las que escriben TV para indicar su presencia en el hotel y pretenden colgarlas de los tejados y balcones del ala que ocupan.
Asimismo, han recibido un pase de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) con vistas a una eventual evacuación por mar. Un equipo de la OIM que se encuentra en el hotel ha pedido una lista con los nombres de los periodistas presentes.
Varias carreteras principales de la capital han sido cerradas por los rebeldes, según testigos, y nadie se aventura a salir por el momento.