A más de 16 meses de ocurrido el maremoto en la isla Robinson Crusoe, ubicada en el archipiélago Juan Fernández, la organización Oceana alertó sobre la necesidad de recursos para retirar los escombros que se llevó la ola al fondo de la bahía.

Entre septiembre y diciembre del año pasado se extrajo un tercio de lo que estaba bajo el mar, entre el sector del faro y el muelle de la bahía Cumberland. Para ello Oceana donó 25 millones de pesos y la Armada colaboró en transportar las cerca de mil toneladas de escombros al continente. Sin embargo, al acabarse los fondos para realizar esta labor, aún falta retirar el resto.

Germán Recabarren, coordinador local de la limpieza submarina y representante de Oceana en la localidad, señaló que por ahora sólo están apelando a un financiamiento por parte de privados.

“Desgraciadamente el Gobierno nunca se hizo eco, no hay ningún fondo destinado, ni tampoco del Ministerio del Medio Ambiente al que también le escribimos y le expusimos el conflicto que teníamos acá”, criticó Recabarren.

El representante de Oceana dijo que los escombros que existen hoy no son de gran envergadura, ya que éstos se sacaron el año pasado. Sin embargo, están en un radio mucho mayor que el anterior -50 mil metros cuadrados- y es más fácil retirarlos, pues son objetos de hogares de las familias, como lozas, planchas, coches para bebés, instrumentos musicales, lavamanos, entre otros. Según Recabarren, el presupuesto que se necesitaría para esta etapa es similar al de la anterior.

Asimismo, esta labor beneficiaría a los propios habitantes de la isla para obtener un trabajo, ya que ellos mismos serían quienes extraigan los elementos, gracias a las instrucciones de Recabarren, quien posee una escuela de buzos en Juan Bautista, localidad de la isla. “En la primera etapa capacitamos a ocho pescadores isleños como buzos y fue la misma gente que trabajó en la limpieza submarina”, explicó.

El escenario ideal sería que la limpieza se realizara antes de que comience la temporada alta, pero no existiendo recursos, no habría un plazo fijo. “Producto de la situación que ocurrió, no vino mucha gente durante la temporada pasada. Pero con esto esperamos que la isla vuelva a recuperar de mejor forma toda su belleza y normalidad”, concluyó Recabarren.

Asimismo detalló que si para la primera etapa se destinaron aproximadamente 25 millones de pesos, en la segunda, que si bien es un radio mucho mayor con 50 mil metros cuadrados se requieren 26 millones de pesos ya que los escombros que están depositados son más fáciles de sacar.

Recabarren dijo que con esto “se daría trabajo para ocho personas, ocho familias isleñas, y cumpliríamos el objetivo de poder rescatar el fondo submarino”.