La firma de un acuerdo estratégico para la futura adquisición de 54 tanques K2 Black Panther y 141 vehículos blindados K808 White Tiger proyecta a Perú hacia el grupo de países latinoamericanos con mayor capacidad de defensa terrestre.
Esta operación, anunciada recientemente en Lima durante el 201° aniversario de la Batalla de Ayacucho, forma parte del proceso de modernización militar peruano, una iniciativa que compromete a las fuerzas armadas en el reemplazo progresivo de su antigua flota de T-55 y en la integración de tecnología militar de última generación.
El pacto suscrito entre el Ejército del Perú y la empresa surcoreana Hyundai Rotem representa no solo la mayor exportación de equipos de defensa terrestre desde Corea del Sur hacia América Latina, sino también la primera introducción del K2 en la región.
El evento oficial, realizado en el Cuartel General del Ejército, contó con la presencia del presidente interino José Jerí, funcionarios gubernamentales y la plana mayor militar, junto a delegados surcoreanos liderados por Lee Yong-chul, jefe del Programa de Adquisiciones de Defensa de Corea del Sur.
Cooperación y desarrollo
El acuerdo detalla la incorporación de 54 tanques K2 y 141 blindados K808, junto con cooperación tecnológica, financiamiento y desarrollo industrial local. Según el Ministerio de Defensa de Perú, la industria de defensa nacional podrá beneficiarse de la transferencia de tecnología y la posible instalación de plantas de ensamblaje en territorio peruano, permitiendo participación del sector privado y fortaleciendo la infraestructura militar.
El K2 Black Panther es considerado por analistas internacionales como uno de los vehículos acorazados más avanzados del mundo en la actualidad.
De acuerdo con informes técnicos oficiales, el modelo desarrolla una velocidad máxima de 70 km/h sobre el asfalto y hasta 50 km/h en terrenos accidentados, gracias a un motor diésel de 1.500 caballos de fuerza.
A esto se suma su sistema de suspensión hidroneumática ajustable, capaz de modificar la postura del tanque, lo cual facilita tanto el desplazamiento por escenarios difíciles como la mejora del ángulo de tiro.
Entre sus características destaca un cañón principal de 120 mm calibre 55, compatible con municiones OTAN y proyectiles inteligentes. El cargador automático puede manejar hasta 40 proyectiles, mientras que la cadencia de disparo llega a 15 por minuto.
El armamento se completa con ametralladoras de 12,7 mm y 7,62 mm. Según el portal de la empresa fabricante, la protección se basa en un blindaje compuesto multicapa y sistemas de defensa activa. Estos sistemas utilizan sensores inteligentes y radares Doppler que identifican e interceptan amenazas antes del impacto.
Sistema BMS
La comunicación táctica también aparece reforzada gracias a un sistema BMS, que integra el K2 en redes de mando, permitiendo transmitir información en tiempo real entre unidades y drones.
Además de sus prestaciones en combate, el tanque puede operar en misiones de vadeo (condición acuática) tras la preparación adecuada, superando obstáculos de hasta 4 metros de profundidad.
El K2 Black Panther presenta una estructura de 55 toneladas y dimensiones que buscan combinar protección y maniobrabilidad. Su baja masa en comparación con tanques occidentales reduce los requerimientos logísticos y facilita el mantenimiento, una ventaja que ya ha sido identificada por países como Polonia, que adquirió lotes de este blindado.
White Tiger
En paralelo, el K808 White Tiger ofrece capacidades anfibias y adaptabilidad para operaciones diversas. Con un peso de 20 toneladas y potencia máxima de 420 caballos, el blindado alcanza velocidades de hasta 100 km/h en carretera y desplaza hasta 8 km/h en el agua.
Su diseño 8×8 de tracción integral permite el traslado rápido de diez soldados equipados y dos tripulantes, así como la evacuación y el apoyo logístico o sanitario. Entre las características del K808 se incluyen neumáticos run-flat, sistema hidráulico avanzado y protección contra proyectiles de hasta 14,5 mm al frente y 7,62 mm en los laterales.
La adaptabilidad y versatilidad táctica convierten el K808 en una pieza clave para el plan del ejército, no solo en escenarios de combate, sino en apoyo a la gestión interna o respuesta ante desastres.
El convenio prevé además el ensamblaje de un porcentaje de los vehículos en instalaciones que podrían establecerse en Perú, con lo cual el país se integraría a una cadena de valor global dentro del sector de defensa.
El general de División Jorge Arévalo Kalinowski, comandante General del Comando Logístico del Ejército, confirmó a El Comercio que un nuevo impulso industrial nacional podría verse beneficiado por la cooperación tecnológica y la transferencia de equipamientos militares surcoreanos.
“De darse la compra, porque el acta es simplemente la promesa de gestión, indudablemente la obligación sería el tema de la inversión extranjera directa en una planta de ensamble con todas las otras instalaciones que esto requiere”, explicó Arévalo.
En el ámbito económico, el monto estimado podría superar los USD 1.400 millones, con la proyección de un esquema de financiamiento a quince años y un período inicial de gracia.
El desembolso final y los términos del contrato permanecerán en discusión, tanto en la administración pública como entre los socios involucrados. La próxima reunión entre el Ministerio de Economía y Finanzas y el comando logístico está programada para el 17 de diciembre, según conoció BioBioChile.
Intenso debate
La noticia de la compra ha generado un intenso debate nacional. El internacionalista Francisco Belaúnde analizó en Latina TV el trasfondo de las inversiones militares recientes, comparando la operación peruana con adquisiciones de equipos por parte de otros países de la región.
“Ahora, con este tema de los tanques coreanos, la colaboración militar entre Perú y Corea ya tiene algunos años. Corea es un país que se ha vuelto muy importante en términos de exportación de armas”, expresó Belaúnde, subrayando la relevancia internacional del país asiático como proveedor de tecnología militar de alta competitividad.
En su análisis, Belaúnde cuestionó la pertinencia de este tipo de adquisiciones ante el escenario de inseguridad interna y crimen organizado en Perú. “La pregunta es: ¿siempre hay que renovar material? Porque estamos en una situación donde el principal problema que tenemos es la inseguridad y que debemos luchar contra el crimen organizado”, sostuvo en Latina.
Belaúnde añadió que “la pregunta que yo me hago es: ¿hasta qué punto es pertinente estas inversiones y no habría que pensar más bien en invertir en la seguridad?”. Amplió sus preocupaciones sobre el uso restringido de estos vehículos, cuestionando si los tanques K2 y aviones de combate pueden emplearse más allá de escenarios de guerra externa.
Transparencia en la adquisición
Al abordar la transparencia en la adquisición de material de defensa, Belaúnde advirtió la necesidad de controles rigurosos y la ausencia de intermediarios, debido al historial de irregularidades en las compras militares tanto en Perú como en otros países de la región.
“Todo ese tipo de compras siempre tiene que ser sumamente transparentes porque la corrupción es bastante habitual”, enfatizó el especialista.
El análisis de medios y expertos consulta experiencias previas, como la adquisición de aviones Mirage o casos puntuales de irregularidades vinculados a armas o equipos.
Entre los elementos más destacados del acuerdo con Hyundai Rotem figura la intención de asegurar mecanismos de financiamiento responsables, facilidades para la capacitación de cuadros técnicos y participación de la industria local.
De avanzar el proceso administrativo y asegurarse el financiamiento estimado, la llegada de las primeras unidades podría producirse durante el próximo año. La proyección de inserción del tanque K2 Black Panther en escenarios latinoamericanos marcaría un hito tanto para Perú como para la estrategia expansiva de Corea del Sur en el mercado global de defensa.