Imagen: CNN Chile

El minero boliviano Carlos Mamani, el único extranjero de los 33 rescatados desde la mina San José, denunció falta de ayuda para superar las precarias condiciones en las que vive en Chile junto a su esposa y una pequeña hija, aunque se quiere quedar en Chile

“No hubo ninguna ayuda de nadie”, señaló a la AFP el minero, quien vive en una precaria vivienda, de barro y cartón, sin agua y alcantarillado en una ocupación ilegal en las cercanías de Copiapó.

El minero, de 23 años, relató telefónicamente que buscó ayuda en el municipio para comprar una casa. “Estaba buscando comprar una casita mediante la alcaldía, pero no hubo ninguna ayuda. También fui a la Intendencia (gobernación)”, afirmó.

El día de su rescate el presidente boliviano, Evo Morales, viajó a Chile para acompañar a su familia e invitarlo a vivir nuevamente en Bolivia, donde les ofreció una casa y trabajo.

Mamani y su familia viajaron a La Paz el 18 de octubre. Un tío de él reveló a la prensa que Morales “le ofreció trabajo como jefe de transportes” de la principal empresa estatal petrolera YPFB, con un salario mensual de 7.000 bolivianos (unos 1.000 dólares).

Consultado sobre ese ofrecimiento, Mamani dijo que “no voy comentar eso” y que “me quiero quedar en Chile”, dijo.

Otros de sus compañeros han tenido mejor suerte. Algunos dictan charlas motivacionales y sacan buen provecho de contar su historia en los medios de comunicación.

El suegro de Mamani, Johny Quispe, se manifestó preocupado por la suerte de su yerno y dijo que el haber mantenido el compromiso de guardar silencio sobre lo que pasó al interior de la mina le restó oportunidades.

“El ha guardado el compromiso que habían hecho en la mina, diciendo que no iban a hablar nada. Tenía muchas ofertas; los periodistas dormían en las afueras de su hogar”, dijo Quispe a la AFP.

“Este niño cumplió, pero algunos no cumplieron y han ganado mucha plata contando la historia. Por ser obediente salió perdiendo”, se descargó Quispe.