Los aplausos y gritos de elogio que centenares de personas lanzaron este martes al padrino de la mafia calabresa, Giovanni Tegano, durante el traslado a la cárcel tras su detención la noche del lunes, suscitó desconcierto en Italia.

“La detención de Tegano pasará como un día importante para la legalidad. Se cierra un capítulo negro de la historia de Calabria. Aunque no deja de sorprender que unas 500 personas hayan aplaudido al capo mafioso y no a la policía que lo capturó tras años fugitivo”, lamentó el jefe de la policía de Reggio Calabria, Carmelo Casabona.

La policía arrestó la noche del lunes, en el sur de Italia, a uno de los mayores padrinos de la mafia calabresa, quien figuraba en la lista de los 30 fugitivos más peligrosos del país.

Giovanni Tegano, de 70 años, huía de la justicia desde 1993 y había sido condenado en rebeldía a cadena perpetua por asesinato, tráfico de armas y asociación para delinquir.

“Han aplaudido a un fugitivo, condenado a cadena perpetua. Espero que se cambie de mentalidad y llegue el momento en que los aplausos sean dirigidos a las fuerzas del orden, a los hombres de Estado”, aseguró por su parte el procurador Giuseppe Pignatone.

Unas quinientas personas, entre ellas numerosos familiares del padrino, se aglomeraron frente a la sede de la policía para rendir homenaje al jefe mafioso.

“Han aprisionado a un hombre de paz”, gritaban la mujeres, mientras los hombres aplaudían y ovacionaban a Tegano en el momento en que salía del comisariato para ser conducido a la cárcel.

El presidente de la República, Giorgio Napolitano y el ministro del Interior, Roberto Maroni, felicitaron a las fuerzas del orden por la captura.

“Es el golpe más duro que se le ha dado a la mafia calabresa”, aseguró Maroni.

Según el instituto italiano de estudios Eurispes, en el 2007 la ‘Ndrangheta – activa en el tráfico de drogas, de armas, la prostitución y la extorsión – movió unos 44.000 millones de euros, o sea el 2,9 % del PIB italiano.

El célebre padrino era considerado uno de sus jefes históricos, protagonista en los años 80 y 90 de la guerra entre bandas rivales y entre los líderes que firmaron la paz interna que le permitió desarrollar una telaraña de actividades ilícitas que van desde el tráfico de droga, especialmente de cocaína, al tráfico de armas y la gestión de desechos radiactivos o tóxicos.