Diversas manifestaciones de protesta han causado los dichos de la segunda autoridad de la Santa Sede, Tarcisio Bertone, en el país, quien señaló que la pedofilia entre los sacerdotes tiene más relación con la homosexualidad que con el celibato impuesto a los prelados.

Imagen: Fotoperiodismo Usach en Flickr

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Afirmación que fue respaldada por el Obispo de Chillán, Carlos Pellegrín, al indicar que “lo que dijo el cardenal es producto de una constancia en que la mayoría de los casos de pedofilia se trata de una orientación homosexual. Son mucho menos los casos en que se trata de una relación de abuso con orientación heterosexual de un menor”.

Para el académico de la Usach y doctor en Psicología, Sergio González, las declaraciones del cardenal son “bastante desafortunadas”, ya que existe una confusión en esas aseveraciones, “porque la homosexualidad es una opción sexual en la cual están incluidos aspectos eróticos, afectivos y sexuales, que tienen que ver con el proyecto de vida de las personas”

En cambio, la pedofilia tiene relación con una perversión sexual que se ubica dentro de un trastorno severo. “Los pedófilos son personas cuyas personalidades inmaduras no les permiten entablar relaciones simétricas con otros individuos de su misma condición etárea, por lo tanto, buscan en los niños la construcción de un objeto sexual”, explicó.

El docente añadió que las estadísticas son bastante contundentes en desmentir que una persona homosexual tenga más tendencia a la pedofilia, ya que “en el tema del abuso sexual y quienes violan niños, claramente hay más heterosexuales abusadores que homosexuales.”

Gonzaléz concluyó que “cuando no hay un reconocimiento del perjuicio causado a las víctimas y el discurso no se basa en reconocer, pedir las disculpas del caso cuando corresponden y hacer las acciones reparatorias, sino que se busca justificaciones de este tipo, causa una situación de desamparo en los familiares de las víctimas. En ese sentido, podríamos decir que hay una segunda victimización cuando se trata de justificar lo injustificable. Y eso lógicamente no es bueno para una institución como la Iglesia Católica”.