Las autoridades de Rio de Janeiro comenzaron este lunes la demolición de casas en zonas de riesgo en ocho favelas, para evitar una nueva tragedia tras las lluvias y deslizamientos de tierra que ya dejaron un saldo de 229 muertos en el estado.

En la favela (barrio pobre) del Morro de Urubú, en Pilares (zona norte de Rio), las excavadoras destruían unas 300 casas clausuradas por la defensa civil luego de que sus habitantes fueran evacuados el domingo, presenció un fotógrafo de la AFP.

El alcalde de Rio, Eduardo Paes, confirmó el domingo una nueva política oficial de destrucción de casas ubicadas en zonas de riesgo, y precisó que unas 4.000 familias en otros siete barrios deberán abandonar sus hogares en los próximos días.

La alcaldía dará a las familias una “renta social” de al menos 141 dólares mensuales como ayuda mientras se construyen nuevas casas.

En la ciudad carioca, Paes firmó un decreto que autoriza el desalojo por la fuerza de los vecinos que insistan en permanecer en casas construidas en áreas de riesgo.

Según la alcaldía, unas 10.000 viviendas están ubicadas en zonas con riesgo de deslave, especialmente en las favelas. Rio de Janeiro alberga unas 1.000 favelas donde viven unos dos millones de personas.

El balance tras las torrenciales lluvias que se desataron el lunes pasado durante unas 20 horas seguidas se elevó a 229 fallecidos, de los cuales 146 en la ciudad de Niteroi (satélite a Rio) y 63 en la capital, informó este lunes el cuerpo de bomberos, que continúa con la búsqueda de unas 200 personas enterradas tras los deslaves en Niteroi.