El número de muertos por las lluvias en el estado de Rio de Janeiro aumentó a 223 este sábado según los bomberos, que aún buscan a unas 200 personas soterradas, mientras surgen críticas a las autoridades sobre omisiones en la construcción de favelas en áreas de riesgo.
Los rescatistas continuaron recuperando cuerpos entre la noche del viernes y este sábado en la favela Morro do Bumba, de Niteroi, donde se produjo el peor de los deslaves causado por las lluvias.
Allí se encontraron más de 30 cadáveres de vecinos del lugar, mientras los habitantes que lograron salvarse esperan por noticias de las personas que podrían estar bajo toneladas de lodo y escombros, unas 200 inicialmente según estimaron los bomberos.
El sábado las tareas de recuperación de cuerpos continuaban en Niteroi, una ciudad satélite de Rio, y la más afectada por la tragedia, con 141 fallecidos hasta el momento. La capital del estado por su parte, registra 63 muertos.
En la ciudad de Rio, la marea sigue alta y las olas son descomunalmente fuertes, constató un periodista de la AFP.
Enfrentados a una de las peores tragedias de su historia, los habitantes de Rio de Janeiro piden ahora explicaciones a las autoridades de turno sobre un fenómeno que se arrastra desde hace décadas: la construcción de viviendas precarias en zonas de riesgo, causa principal del desastre de Niteroi.
La favela Morro do Bumba fue edificada sobre un viejo depósito de basura, que aunque compactado por el tiempo, con las lluvias dio lugar al deslizamiento de tierra que arrastró a familias enteras. Solo 25 personas fueron rescatadas con vida en los minutos siguientes al desastre en la noche del miércoles.
El geólogo Marcelo Motta, que participó de una investigación técnica sobre las causas del deslizamiento, explicó a la televisora Globo News que “dos fisuras en el terreno fueron origen” del problema.
Las fisuras en la estructura rocosa del cerro sobre el que se depositó la basura, desencadenaron el movimiento de masa en la colina y empujaron el volumen de residuos, saturado de agua, dando origen además a la liberación de gas metano.
“Es un material poco sólido que se desplaza fácilmente”, destacó el geólogo.
El gobernador del estado, Sergio Cabral, en tanto, dijo el viernes que “la culpa (de tragedias como la de Niteroi) es de toda la sociedad”.
“Fui criticado cuando en algunas favelas hice construir muros para evitar que se expandieran. (…) Pero los demagogos nos criticaron. Y la demagogia mata”, se defendió.
En la ciudad de Rio de Janeiro, el alcalde Eduardo Paes firmó un decreto que autoriza el desalojo por la fuerza de los vecinos que insistan en permanecer en casas construidas en áreas de riesgo.
Ahora la amenaza sobrevuela otro cerro vecino a Morro do Bumba, que también tiene una favela encima: el Morro do Céu (“cerro del cielo” en castellano). Las autoridades prohibieron el ingreso ante la amenaza de nuevos derrumbes, y el gobernador dijo, según reproduce la prensa local, que el cerro será evacuado en poco tiempo.
El lugar, donde se erigía un parque y que comenzó a utilizarse como depósito de basura en 1983, cuando salió de funcionamiento el ahora desmoronado Morro do Bumba, es hogar de centenares de vecinos que se manifiestan temerosos de que ocurra un deslave.
Lucia Pedrosa, una habitante del barrio, contó a la AFP que hace algunos años la alcaldía de Niteroi afirmó que desalojaría la zona e indemnizaría a los pobladores, pero eso no ocurrió. “Vinieron a hacer tasaciones, y nos dieron valores. Llevamos los documentos que teníamos pero por ahora, nada”, añadió.
Pero aunque en la prensa y a nivel político afloran las críticas al hecho de que las construcciones irregulares sean permitidas en Rio y sus zonas aledañas, la realidad indica que las personas de los barrios pobres -que son los más amenazados- no tienen recursos suficientes para vivir en otras regiones.
El lunes comenzarán algunas demoliciones de casas en zonas de riesgo, indicó el diario Estado de Sao Paulo en su sitio de internet.
Mientras tanto, el frente frío que provoca el mal tiempo se desplazó hacia el noreste del país, y Salvador de Bahía se veía afectado desde el viernes por lluvias e inundaciones, indicó la defensa civil local.