Con la amenaza de retirarse del mercado chino tras los ciberataques masivos, el motor de búsqueda estadounidense Google intenta reapropiarse de su divisa “no hagas el mal”, no sin segundas intenciones, afirman expertos.
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La compañía californiana amenazó el martes con cesar sus operaciones en China a causa de la censura y los ataques informáticos, corriendo el riesgo de privarse de un mercado de 360 millones de usuarios.
“Realmente pienso que (los directivos de Google) buscan actuar correctamente”, comenta el analista Rob Enderle, de Enderle Group, especialista de las empresas de Silicon Valley. “Pero ese tipo de decisión nunca es sencilla”.
Los defensores de los derechos humanos en Internet esperan que la posición explicitada por Google tenga un efecto de arrastre en otras empresas de nuevas tecnologías que buscan adaptarse a las exigencias de los censores para que se les abran las puertas del mercado chino.
“Pienso que Google es un poco idealista. Es su tendencia”, comenta Colin maclay, director del centro Internet y sociedad de la Unversidad de Harvard. Pero los directivos de Google “también tienen una tendencia a ser orgullosos y arrogantes, y una fuerte inclinación por las estratagemas. Son realmente malignos”, subraya.
La posición respecto a China recuerda los comienzos de Google, fundada en 1998 por dos estudiantes –Serguei Brin y Larry Page– con el eslogan extraoficial “no hagas el mal”.
El sitio de la empresa Google divulgaba el jueves, bajo el título “Nuestra filosofía”, un cierto número de principios, entre ellos: “se puede ganar dinero sin hacer el mal”.
Pero su imagen se vio empañada en 2006 con el lanzamiento de una versión autocensurada de su motor de búsqueda destinado al mercado chino para no enfrentarse con el régimen comunista.
Aparecieron otras controversias, entre ellas el hecho de espiar el comportamiento de los internautas para orientar mejor los anuncios publicitarios y la voluntad de digitalizar todos los libros del planeta.
“Google está persuadida de que virtud es a la vez un valor y una ventaja”, destaca Whit Andrews, vicepresidente del gabinete de análisis Gartner: “Cree que ganaría menos dinero si no fuera virtuosa”.
Google anunció el jueves una donación de un millón de dólares para las víctimas del sismo de Haití y puso a disposición medios tecnológicos y equipos de socorro. Durante las negociaciones de diciembre en Copenhague sobre el cambio climático, anunció la creación de un programa de libre acceso para vigilar la deforestación. Sus asalariados pueden dedicarle una jornada (remunerada) por semana al trabajo honorario.
Los directivos de Google defendieron en un primer momento su decisión de implantarse en el mercado chino, justificando sacrificios a corto plazo con la esperanza de una apertura a largo plazo.
” No dejan de decir: ‘haremos las cosas de manera responsable, esperando hacer más bien que mal’”, recuerda Colin Maclay. “Hoy están nerviosos. Ya los han mandado demasiado a paseo”.
Resultado: alabanzas en el mundo occidental a un costo relativamente bajo a corto plazo. Google ya había perdido terreno frente a los motores de búsqueda chinos y apenas realizó inversiones en el país.
Y “aunque China suprima la censura en los próximos 10 o 20 años, aunque sea paulatinamente, la posición adoptada por Google quedará en la memoria”, destaca Andrews.
