“Este es mi mensaje a todos los americanos”… La frase con la que Tobias Rathjen, de 43 años, inicia su video, el cual publicó días antes de la barbarie que cometió.

Le dice a los estadounidenses que su país está dominado por “sociedades secretas invisibles” que controlan la mente y de que existen “bases militares subterráneas donde se abusa y se tortura a niños pequeños”.

En la grabación de más de un minuto, asegura que los medios de comunicación “no tienen ni idea” y llama a usar otros canales de información, antes de pasar a la acción y luchar.

Es un registro perturbador, acompañado de un lenguaje visual un tanto lúgubre. Vestía chaqueta negra y camisa blanca. Su expresión facial también decía mucho.

En la pieza oscura habían archivos de fondo y un desorden que hacia juego con el entramado mental de un hombre que, horas después, hacía noticia mundial al disparar a inocentes, incluida su madre.

En la grabación no hizo alusión en ningún momento a planes de ataque en Alemania. Simplemente los perpetró, dejando una gran incógnita de por qué habló del país norteamericano.

Dejó además un manifiesto de 24 páginas en el que insiste en “la necesidad de destruir a ciertas personas cuya expulsión de Alemania ya no es posible”.

Escribió además que Trump y Jürgen Klopp (entrenador alemán del Liverpool) “le robaron sus ideas” ya que fue quien inventó el lema “America First” y predijo las tramas de numerosas películas de Hollywood, así como la carrera de Klopp.

Bild / Alemania
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Los hechos

Hanau, cerca de Frankfurt (centro de Alemania), fue el lugar que el sujeto escogió para descargar literalmete su odio xenófobo en dos bares de la zona frecuentada por extranjeros.

Entró disparando a los sitios aleatoriamente, matando a nueve personas. Las edades de las víctimas oscilan entre los 21 y 44 años. Eran de nacionalidad kurda, turca (cinco de los fallecidos), de Rumania, Bulgaria, de doble nacionalidad alemana y afgana, además de Bosnia. Otras cuatro personas resultaron heridas en el tiroteo.

El auto en el que Rathjen huyó, fue localizado más tarde por las autoridades afuera de su departamento. Pero ya no podía responder por sus actos. En el inmueble lo encontraron muerto. La policía cree que se disparó después de matar a una mujer de 72 años, quien fue identificada como su madre. En total, acabó con 11 vidas.

Según el periódico alemán Bild, también dejó un manifiesto de 24 páginas en el que expresaba su “odio a los extranjeros y a los no blancos” llamando al “exterminio de varios países del norte de África, Medio Oriente y Asia”.

”Ciertas personas de mi propio país han contribuido al hecho de que ahora tenemos grupos étnicos, razas o culturas en nuestro medio que son destructivas en todos los sentidos”.

Más tarde, las autoridades alemanas confirmaban los móviles de una barbarie: “Por lo que sabemos, el acto tuvo una motivación xenófoba”, según citó la televisión alemana DW, al ministro regional del Interior de Hesse, Peter Beuth.

Bild
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¿Quién era Rathjen?

El rostro del terror y la xenofobia no tenía antecedentes penales o policiales.

En medios internacionales como The Irish Times, se hizo hincapié en los orígenes de un sujeto que salió del anonimato de la peor forma posible.

Nació en 1977 en la ciudad de Hesse, con 100.000 habitantes, al este de Frankfurt. Rathjen asistió a una escuela local antes de entrenarse como empleado bancario en Frankfurt. Se graduó en administración de empresas en la Universidad de Bayreuth, en 2007.

Por lo que él relató en su manifiesto de odio racista, no tenía relaciones con ninguna mujer desde hacía 18 años. Otros periódicos como El País, aseguran que el enorme texto estaba escrito íntegramente. Sin faltas de ortografía u otros errores gramaticales.

Poseía tres armas, las cuales estaban registradas. Una de estas fue la que usó para matar a las 10 personas, además de suicidarse. La compró por Internet en 2014.

Renovó su permiso para portar y usar armas el año pasado. En una macabra coincidencia, el arma terrorista era del mismo tipo que compró en Internet el joven germano-iraní que mató en 2016 a nueve personas en Múnich.

The Irish Time
The Irish Time

Los esfuerzos anti ultraderechistas en Alemania

Tan solo el viernes pasado una redada policial desarticulaba un grupo terrorista de ultraderecha.

Las viviendas de 13 personas estaban en la mira en Baden-Württemberg, Baja Sajonia, Baviera, Renania-Palatinado, Renania del Norte-Westfalia y Sajonia-Anhalt.

La operación policial dejó cuatro presuntos terroristas y ocho presuntos simpatizantes detenidos preventivamente.

La fiscalía federal en Karlsruhe los está acusando de intentar provocar una “situación similar a una guerra civil”, a través de “ataques aún no concretados” a políticos, solicitantes de asilo y musulmanes.

Pero probar las intenciones de los presuntos atacantes, es ahora el reto que enfrentan las autoridades alemanas, además de la amenaza latente de ataques.

El caso más emblemático es el del soldado Franco A. Se trata de un teniente que pasó 7 meses en prisión en 2017, acusado de preparar “un serio acto violento de peligro para el Estado”. El blanco serían conocidos políticos, como el actual ministro de Exteriores alemán, Heiko Maas (SPD), y la vicepresidenta del Bundestag, Claudia Roth (Los Verdes).

DW
DW

Se demostró que poseía armas y explosivos, además del pleno reconocimiento de sus potenciales víctimas. Sin embargo, el Tribunal Superior de Justicia de Fráncfort rechazó inicialmente abrir un procedimiento penal contra Franco A.

La ausencia de una sospecha suficientemente fundada fue la razón expuesta, además de considerar que era “altamente probable” que los ataques planeados “todavía no estuvieran absolutamente decididos”.

Aún con lo que se creía un revés judicial, el tribunal certificó que el presunto extremista de derecha tenía un pensamiento “nacionalista, racista y antisemita”.

Tras un recurso exitoso del fiscal general federal, Franco A. finalmente tendrá que responder ante el Tribunal Superior de Justicia de Frankfurt. Aún no hay una fecha fijada para su comparecencia.

La pugna jurídico-penal de este caso ilustra los obstáculos judiciales que persisten en Alemania pese a los sucesivos endurecimientos de las leyes. Por eso no está para nada claro que los 12 sospechosos de terrorismo detenidos hace unos días vayan a ser juzgados finalmente.