Los laicos organizados de Osorno protestaron nuevamente en las afueras de la catedral San Mateo, afirmando que de la determinación del Papa Francisco, frente a la situación del obispo Juan Barros, dependerá el futuro de la Iglesia católica.

Adenás, señalaron que es importante seguir manifestándose, tal como lo han hecho desde antes de la llegada del cuestionado prelado; más aún en el contexto actual.

Para ellos el problema aún no se resuelve y las palabras “bonitas” que Jorge Bergoglio han enviado a los fieles chilenos deben concretarse en acciones ejemplares.

Según uno de los líderes del movimiento osornino, Mario Vargas, claramente la salida de la jerarquía católica chilena debiera darse en el corto plazo.

A su juicio, la credibilidad de la Iglesia chilena está totalmente en juego, más aún cuando desde siempre ha sido voz para hablar de derechos humanos, del desvalido, protección de los inocentes, entre otros.

En la manifestación leyeron cartas enviadas desde otros centros religiosos del país, en las que se reconoce el trabajo que han realizado desde que estallara el conflicto con el obispo Juan Barros, el cual aseguran ha mostrado una nueva forma de hacer iglesia o credo religioso.