En conversación con Radio Bío Bío, el psiquiatra y fallido receptor del Premio Nacional de Medicina 2018, Otto Dörr, negó haber tenido cualquier nexo o relación con Colonia Dignidad, los jerarcas del enclave alemán y haber trabajado en el hospital que existía al interior.

A su vez, Dörr aseguró que nunca conoció a la máxima autoridad de la colonia, Paul Schäfer. “Sólo lo divisé”, precisó. Según su relato, lo vio al interior de un hogar de ancianos “en una silla de ruedas, con una cara rarísima y una expresión espantosa que supuse que ese tipo era capaz de cualquier cosa”, dijo.

También aclaró su relación con Harmut Hopp, de quien se considera que es un gran amigo. Dörr indicó que lo conoció durante una conversación, en la cual surgió una invitación a un campo para pasar unos días de verano, acción que se repitió otros años.

A lo anterior, sin embargo, se suma una interpretación que Dörr hizo para un periodista de la BBC quien grababa un documental en la zona. Hopp estaba allí, momento en el cual conversaron en alemán, idioma que el psiquiatra admitió querer mucho.

Hopp fue condenado en 2011 por la justicia nacional por abuso sexual contra menores, pero huyó a Alemania. No obstante, el Poder Judicial teutón lo condenó a cinco años de cárcel a mediados de 2017, medida que está a la espera de ser ratificada.

En relación a lo anterior y debido a que un grupo de fiscales alemanes se encuentra en suelo nacional investigando los abusos ocurridos en Colonia Dignidad para que Hopp cumpla de forma efectiva su condena, Dörr aseguró que entregaría su testimonio al ministro Mario Carroza, el encargado de la investigación en Chile.

Premio Nacional suspendido

Si bien las organizaciones encargadas de entregar el Premio Nacional de Medicina le dijeron que sus logros académicos y profesionales eran reconocidos y merecedores, Dörr admitió que su defensa del enclave en el pasado calificó como “antecedentes nuevos” para la organización, especialmente luego de la molestia que el galardón causó en organizaciones de Derechos Humanos.

Aún así, el médico confirmó que no quiso renunciar al premio porque hacerlo sería, de cierta forma, reconocer que existía alguna falta y él no tiene nada que ocultar, sostuvo.

Dörr lamentó las acusaciones en su contra y se mostró sorprendido ante lo cual él mismo describió como “enemigos”. “No sabía que tenía tantos”, señaló.

Entre las acusaciones que recuerda, Dörr contó la medicamentación forzada a colonos, los supuestos crímenes que realizó durante la Dictadura y, sobre todo, la muerte de Karl Striker, de la cual se desmarcó, aunque sí reconoció que lo atendió y le recetó un tratamiento contra la depresión.

No obstante éste no fue administrado en Santiago, como solía hacerlo, sino que en el hospital que existía al interior de Colonia Dignidad, para que el paciente en cuestión no estuviera solo en la capital.

En su opinión, esa es la única prueba objetiva “para demostrar que yo tuve alguna relación profesional con ellos. No existe ninguno más. Jamás he trabajado en el hospital, nunca drogaba a los pacientes, nunca tuve una relación con los jerarcas y menos todavía alguna relación durante el gobierno militar”, autoridades a las que tampoco conoció, dijo.

“Durante muchos años me he preocupado mas bien de luchar por el respeto a los derechos de las personas, no sólo de los pacientes”, sentenció.

En esa línea, lamentó las cartas que envió en su momento a El Mercurio y también la entrevista que dio al programa de TVN, Informe Especial, defendiendo la decisión de esta personas de vivir de la forma que querían.

Revisa acá la entrevista completa de Katherine Cubillos y Tomás Mosciatti en el Radiograma de La Radio: