Tras el terremoto de 7,1 grados que azotó Ciudad de México durante la jornada del 19 de septiembre, último día de Fiestas Patrias en nuestro país, tres chilenas contaron cómo vivieron este embate de la naturaleza en tierras aztecas.

Carol Donoso y su familia dejaron Chile hace 7 años y hasta esa fecha vivieron en Antofagasta. Hace 3 años que llegaron a México.

De esta forma, no vivieron en carne propia los terremotos de 2010 ni el de 2015, que afectó a Coquimbo y al resto del norte.

No obstante, Donoso sintió la fuerza de la naturaleza el martes, aunque alega que de principio no se imaginó el daño que provocó el movimiento.

No me di cuenta hasta que empezaron a decir noticias en la radio (…) y me llegaron videos por WhatsApp. Ahí me di cuenta de la magnitud”, indicó en conversación con BioBioChile desde Ciudad de México.

Donoso, su esposo y sus hijos viven a 40 minutos del centro de la capital mexicana, en la zona poniente de la urbe, la cual no sufrió los daños con los que terminaron las zonas del centro y del sur.

“El sismo fue fuerte. Como nosotros tenemos cultura sísmica y, además, un par de horas antes había habido un simulacro, cuando comenzó el sismo yo esperé a que terminara y luego salí del edificio donde estaba”, detalló.

Literalmente fui la única que no salió corriendo. Las comunicaciones vía WhatsApp funcionaban y así pude saber inmediatamente que mi esposo estaba bien y que mis hijos en la escuela estaban bien también”, recordó.

Sin embargo, precisó que la situación se volvió compleja, especialmente en términos de conectividad y transporte. “Para poder recoger a mis hijos y volver a casa tardé 3 horas y media. La ciudad estaba atascada”, agregó.

En cuanto a la reacción de las autoridades chilenas, Donoso dijo que la Cancillería no tomó contacto con ellos, pero que sí supo de la habilitación de un número de emergencia en el consulado chileno en el cual, de necesitarla, connacionales pueden pedir ayuda.

“Hasta el momento tengo entendido que ningún compatriota ha sufrido pérdidas”, sostuvo.

“La situación aquí es tranquila. La gente se ha volcado a las calles y centros de acopio para ayudar. Es impresionante como se han ido organizando. Cada cierto tiempo van pidiendo lo que van necesitando. Por ejemplo, ya sabemos que no falta comida ni medicinas sino herramientas y cascos. (…) Ahora están pidiendo juguetes para ayudar a los niños que están albergados”, agregó.

Danza con movimiento telúrico

Por su parte, Maribel Pinto, bailarina y profesora de danza de Copiapó, también llegó a México hace 3 años y actualmente vive en Texcoco, lugar que volvió a ser afectado tras el terremoto del 8 de septiembre, consignó El Diario de Atacama.

Pinto estaba haciendo clases en el sector de Colonia Condesa y Roma, uno de los que más afectados resultó tras el sismo.

Pese a ello, se mantuvo en calma. La bailarina recordó que “el edificio se movía muchísimo, se hacía difícil bajar las escaleras”.

Sin embargo, entendió el real panorama de lo ocurrido tras llegar a la calle.

“La desesperación, el miedo, la angustia movían el ambiente, me pareció estar dentro de una película de fin de mundo”, dijo.

Luego de evacuar, se encargó de llevar a sus estudiantes a sus hogares y luego emprendió rumbo al de ella.

“En el camino encontré muchas personas caminando para regresar a sus casas, demoré 8 horas o más en llegar a la mía, entre caminar y tomar un bus que finalmente me trajo”, señaló.

De Copiapó a México

Al igual que Donoso y Pinto, Fernanda Zárate, una cantante oriunda de Copiapó, también llegó a México hace 3 años y en compañía de su esposo e hija de 2 años.

Francisca, su hermana, señaló que el día del terremoto la cantante estaba visitando una serie de casas para poder mudarse, pero decidió ir una hora antes a buscar a su hija al jardín infantil al que asiste.

El movimiento partió a media cuadra de su casa y “pensaron que se estaba abriendo el piso”.

Al finalizar el terremoto, el marido de Zárate fue rápidamente a su departamento a buscar cosas. Tras volver, comenzaron a caminar por un parque aledaño donde se encontraron con dos adultos mayores que lo habían perdido todo.

La noche del miércoles la pasaron en la casa de una italiana que conocieron en ese mismo parque.

Debido a las réplicas que todavía mueven el suelo azteca, su hija se rehúsa a dormir sin zapatos por el miedo que le provoca que vuelva a temblar.

Chile ayuda a México

El embajador de México en Chile, Rubén Beltrán, informó de la apertura de una cuenta bancaria para ayudar en las tareas que se aproximan, tanto en rescate como en reconstrucción.

A su vez, se confirmó que “Los Topos” serán enviado al país norteamericano a modo de apoyar en las labores de rescate.

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