El director nacional del Servicio de Evaluación Ambiental (SEA), Jorge Troncoso, se va del organismo por los cambios que se generan al interior del Ministerio de Medio Ambiente. Hidronor fue la gota que dejó en evidencia el trabajo del servicio en la región del Bío Bío.

Fue el Comité de Ministros el que revocó el permiso ambiental de la empresa Hidronor el martes, y dos días más tarde, el director nacional del SEA presenta su renuncia.

Desde la región del Bío Bío, Troncoso tenía el antecedente de otro proyecto al que se le revocó la Resolución de Calificación Ambiental por vicios del SEA en el proceso de consulta indígena, en este caso el Terminal GNL Penco-Lirquén.

Ahora es Hidronor y una renuncia que más parece una petición de renuncia, al tenor del comunicado oficial del Ministerio de Medio Ambiente que da cuenta de la necesidad de “reforzar diversos ámbitos del trabajo técnico y de gestión del Servicio de Evaluación Ambiental”.

La abogada de la comunidad, satisfecha evidentemente con la decisión adoptada por el Consejo de Ministros, cree que estos eventos responden a que la institucionalidad tiene poco tiempo en el país.

El primer error del servicio fue no recalificar el concepto de relleno sanitario para residuos industriales no peligrosos, en medio de un proceso en el que no quedaba claro qué se pretendía depositar.

A ese espacio se circunscribe el proyecto de Hidronor y al denominado día 3 de la Evaluación Ambiental, cuando se debía nombrar y rotular el proyecto, lo más básico que debiera clarificar la institucionalidad para defender los intereses de la comunidad.

Consultado el alcalde de Florida, Jorge Roa, dice desconocer si Hidronor fue la gota que rebalsó el vaso de inseguridades del SEA, pero es llamativo el momento en que ocurre.

Los cuestionamientos al SEA Bío Bío, cuestionamientos administrativos a través del Consejo de Ministros con Hidronor, y cuestionamientos judiciales de la Corte Suprema por la Terminal de Gas Natural, no sólo dejan en evidencia procedimientos que no responden al requerimiento del sistema, sino también paralizan proyectos estratégicos de inversión regional.