Antes del éxito de “Hamlet” o “Romeo y Julieta”, William Shakespeare escribió una tragedia que, sin duda, se ha instalado como la pieza más sangrienta del teatro occidental: “Tito Andrónico” (1593).

En esta historia ficticia, el general del ejército romano regresa victorioso tras una larga guerra contra los godos del norte. Para conmemorar el triunfo, sacrifica al hijo mayor de Tamora, la reina goda, quien, al poco tiempo, se convierte en emperatriz de Roma al casarse con Saturnino, heredero del trono imperial.

Desde su puesto de poder, Tamora se venga de Tito: le arrebata a dos de sus hijos y hace que violen a su hija (a quién le cortan las manos y la lengua). Tito, en represalia, mata a los descendientes de Tamora y hace un pastel con sus restos. En total, 14 muertes, una violación y un sinnúmero de escenas de mutilaciones y canibalismo.

"Matar a Rómulo" | GAM
“Matar a Rómulo” | GAM

A 400 años de la muerte del autor inglés, la violencia y las jerarquías de poder de Tito Andrónico impulsaron al director Sebastián Jaña y al dramaturgo Luis Barrales a reflexionar en torno al horror y la brutalidad que median nuestras relaciones. ¿Si todos los caminos conducían a Roma, hacia dónde conducen en la actualidad? ¿Cuál es el o los imperios que nos gobiernan? ¿Somos conscientes de que vivimos bajo el control de un imperio? ¿Es acaso, el capitalismo, un imperio fantasmal? Estas son las premisas que dan vida a Matar a Rómulo (en alusión a los gemelos fundadores de Roma) obra que se presentará entre el 24 de noviembre y el 16 de diciembre en la sala N1 del centro GAM.

Protagonizada por María Gracia Omegna, Claudio Ravanal, Moisés Angulo, Felipe Zepeda y Nicole Sazo, narra la historia de Alberto, un profesor chileno radicado en Nueva York quien, a modo de retribución de su beca doctoral, debe realizar un workshop -de un semestre de duración- dirigido a cuatro jóvenes extranjeros: Tamara (croata), Jamal (sirio), Lucio (italiano) y Varinia (chilena).

"Matar a Rómulo" | GAM
“Matar a Rómulo” | GAM

¿El propósito? Que pudiesen manejarse en lengua inglesa. ¿El tema? Terror y barbarie en Tito Andrónico de William Shakespeare. Pero en pleno desarrollo del taller, se produce el mayor atentado terrorista del que se tenga registro –el denominado 11S- y las vidas de estos cinco personajes cambian abruptamente de rumbo.

“El montaje se estructura a partir de cuatro escenas de Tito Andrónico, que se situamos en distintos momentos y espacios. Si bien la acción principal ocurre en Nueva York, en septiembre de 2001, hay constantes viajes que van desde el siglo V a.c, en Germania, hasta el Chile de la actualidad”, explica Jaña.

"Matar a Rómulo" | GAM
“Matar a Rómulo” | GAM

Y agrega: “Decidí trabajar con Tito Andrónico dada su imposibilidad de representarla sin caer en el cliché de las súper producciones europeas que, con muchos recursos a la mano, grafican literalmente lo descrito por Shakespeare. Mi intención fue ahondar en ese personaje guerrero que es capaz de sacrificar todo, incluso su familia, por el bien del imperio. Esto nos llevó a reflexionar en torno a las fuerzas que nos gobiernan y los peligros que nos aquejan. Si bien, como país, estamos anexados a este imperio virtual que nos propone la contemporaneidad, físicamente, estamos al margen. Al margen de todo, incluso de los ataques terroristas”.

La puesta en escena destaca por una compleja instalación sonora, a cargo de Anselmo Ugarte, y por la utilización de material audiovisual, registrado tanto dentro como fuera de la escena. La escenografía se compone de más mil frascos, rellenos con pellet plástico.

Dramaturgia Luis Barrales
Dirección Sebastián Jaña
Elenco María Gracia Omegna, Moisés Angulo, Felipe Zepeda, Claudio Ravanal, Nicole Sazo
Diseño sonoro Anselmo Ugarte
Diseño de escenografía e iluminación Pablo De La Fuente
Diseño de vestuario Nicole Salgado
Producción general y prensa Francisca Babul
Asistencia de dirección Benjamín Villalobos
Asistencia de producción Carol Badilla
Asistencia técnica y audiovisual Sebastián Cárez
Asistencia y producción musical Nicolás Fuentes y Diego Muhr