Verse bien ya no es sólo patrimonio de las mujeres. Cada vez son más los hombres que se someten a tratamientos de belleza, hasta el punto de pasar por el quirófano para mejorar algún aspecto de su imagen. Incluso, los hábitos cosméticos que han ido adquiriendo son numerosos: la limpieza facial con productos específicos para el rostro, la utilización de lociones para el afeitado y el uso de tratamientos hidratantes, nutritivos y antiarrugas.

Pero aunque este cambio de mentalidad se esté produciendo paulatinamente, el mayor inconveniente para que los hombres pudieran llegar tranquilamente a atenderse a una clínica o centro de estética, era, y continúa siendo, el encontrarse con la vecina, la amiga, la apoderada del curso del hijo o incluso con la señora o la hija en la recepción o en la sala de espera.

Fue así como se gestó la idea de abrir un centro de belleza netamente masculino. Se trata del ICRC (Instituto Chileno de Restauración Capilar), ubicado en Vitacura (Luis Pasteur 6288) y especialmente dedicado al cuidado estético integral del hombre, con alternativas quirúrgicas y tratamientos médicos y estéticos, entre los que destacan:

Coolsculpting, método de enfriamiento controlado para modelar el cuerpo sin cirugía que elimina las células grasas

Ultherapy, sistema de ultrasonido micro focalizado y no invasivo para el estiramiento y tonificación de la piel, flacidez del rostro, cuello y pecho, elevación significativa de la línea de las cejas, reducción de la laxitud de la piel sobre el párpado y el tratamiento de la hiperhidrosis axilar.

RF-Láser, tratamiento que reestructura y regenera el colágeno y la elastina mejorando la textura, suavidad y firmeza de la piel, logrando un efecto tensor total

Toxina botulínica y filler, tratamientos que en conjunto se potencian para atenuar las arrugas y corregir los efectos del envejecimiento.

Láser para el tratamiento de la rosácea y remover los vasos visibles en el caso de enrojecimiento vascular.

Depilación definitiva indolora, rápida, segura y eficaz.

El hombre de hoy desea permanecer activo por más tiempo, lo que lo hace consciente de que una apariencia fresca es sinónimo de vitalidad. Esta actitud se ve reflejada en una mejor imagen, y, por ende, en las relaciones personales y laborales, dejando atrás el paradigma de masculinidad de antaño. Ahora, se preocupan de mantener la lozanía de su rostro y que se animan a recurrir a procedimientos estéticos que los ayudan a verse y sentirse mejor.