Diez semanas consecutivas de bajas en el precio de las bencinas han aliviado nuestros estanques y bolsillos. Eso sí, mientras hay países que celebran y otros que lloran la caída del petróleo, en Chile el efecto ha sido más bien moderado y variable.

El llamado “oro negro” ha sido el principal motor de la economía mundial y motivo de conflictos geopolíticos entre países productores, los mismos que hoy se enfrentan en una cruenta “guerra de precios”.

En los últimos días, el barril de petróleo ha llegado a su precio más bajo en 5 años. Países acostumbrados a trabajar con más de US$100 por barril deben ahora conformarse con menos de US$60 …y bajando.

¿Por qué ha caído tanto el precio del petróleo?

Todo se reduce a la ley básica del mercado: mucha oferta y poca demanda, según analistas citados por BBC. Gracias a las nuevas tecnologías y métodos para extraer el crudo, Estados Unidos aumentó drásticamente su producción, al igual que en algunos países de oriente, como Libia.

Ahora, el problema es a quién vender. Los principales compradores como China, Japón o Europa han limitado su gasto en petróleo debido a problemas en su economía, obligando desde mediados de 2014 que todos los productores sacrifiquen sus precios.

¿Por qué no disminuyen la producción para subir sus precios?

Hay tanto dinero en juego que la estrategia y la política juegan un rol fundamental. La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) decidió a fines de noviembre no limitar la producción y resistir las pérdidas por una sencilla razón: ponerle freno a sus competidores -principalmente EEUU- provocando que el bajo precio de venta haga muy difícil pagar la costosa tecnología del petróleo de esquisto o de arenas bituminosas.

¿Quién gana y quién pierde?

Se dice que en una guerra de precios siempre gana el consumidor. Sin embargo, entre los perdedores hay quienes apuntan estratégicamente a futuras victorias. Los países del Golfo Pérsico pueden soportar pérdidas momentáneas gracias a años de enormes ganancias, menos población y menos gastos. Por ello, están dispuestos a asumir menos ganancias para neutralizar a los nuevos competidores (o al menos intentarlo).

Complicados están Rusia, al margen de la OPEP y enfrentando sanciones internacionales, y Venezuela, que no tiene las mismas ventajas de sus socios del Golfo. Mientras que Estados Unidos teme por sus cifras de crecimiento, al ver que el bajo precio desmotiva a los inversionistas de la industria petrolera.

¿Cómo beneficia a los chilenos?

El efecto más visible e inmediato es la baja en el precio de las bencinas. Pese a que en un principio el Mecanismo de Estabilización de Precios de los Combustibles (Mepco) no permitía una variación mayor a los 5 pesos, el Gobierno modificó los parámetros del sistema, permitiendo que desde octubre se acumule una baja superior a los 200 pesos por litro.

Sin embargo, y pese a que analistas señalan que el escenario internacional se estabilizaría por varios meses, la sostenida alza del dólar eleva el precio que Chile paga por el petróleo importado. Otros expertos advierten que el crudo podría subir por la llegada de los meses más fríos del invierno en el hemisferio norte, lo que aumentaría la demanda.

¿Podría perjudicar a la economía chilena?

Está claro que las familias terminan siendo los grande beneficiarios de esta situación, y en una mirada más amplia, hasta podría aliviar nuestra economía. En palabras del ministro de Hacienda, Alberto Arenas, la baja del petróleo ayuda a reducir los costos de producción y contribuir a mantener bajas las tasas de interés de largo plazo.

Por otro lado, hay economistas que advierten un posible efecto negativo en la principal riqueza de nuestro país. El ahorro al importar petróleo más barato contrasta con la venta de cobre también más barato, al tener un menor costo de producción..

Pero mientras un mercado resta, otro suma, como es el caso de exportadores agropecuarios, quienes aprovechan el actual precio del dólar, cuya alza -a la vez- está influenciada por la baja del cobre.