Treinta y nueve ballenas murieron en Nueva Zelanda tras quedar varadas en una playa remota de la Isla Sur, indicaron las autoridades de conservación este lunes.

El grupo de ballenas piloto estaba siendo seguido desde que fue avistado cerca de la orilla de Bahía Dorada (Golden Bay) el domingo, pero los guardas fueron incapaces de impedir que quedaran varadas, precisó el Departamento de Conservación.

El jefe de los servicios de conservación de Bahía Dorada, John Mason, explicó que 12 de los cetáceos murieron de forma natural, y que los vigilantes eutanasiaron a los demás, tras constatar que estaban demasiado metidos en tierra como para devolverlos al agua.

“Sopesamos cuidadosamente la posibilidad de llevarlos de forma segura al agua. Pero nuestro personal, que tiene mucha experiencia con este tipo de incidentes en la Bahía Dorada, decidió que por diversos factores era improbable poder rescatarlos”, añadió Mason.

El varamiento masivo de ballenas piloto es un fenómeno frecuente en Nueva Zelanda.