El despliegue en el Bío Bío del líder del Partido Progresista, Marco Enríquez-Ominami, apunta a una lista parlamentaria y candidatura presidencial propia de la fuerza política, sin alianzas con la Concertación. ME-O postulará a la presidencia con respaldos de bases socialistas escindidas, ecologistas, entre otros disidentes del bloque opositor.

Agenda copada con reuniones vecinales en Barrio Norte de Concepción, Hualpén, Chillán y también con autoridades comunales de la Concertación, como el alcalde penquista, sostuvo el candidato presidencial, quien suma apoyos “Por un Chile Nuevo”, como ha llamado a su campaña.

Estrategias más alejadas de la Concertación, que en años anteriores, luego de recoger el guante de la marginación de aquel bloque, con historia conocida en las elecciones pasadas y que se repite para este año.

No irá a primarias presidenciales, porque de ir, debe ser aceptado para primarias parlamentarias con todos los candidatos que representen al PRO a nivel nacional, fórmula con la que no comulga la Concertación, según evidenció el líder del Partido Progresista.

Enríquez-Ominami criticó la conducción presidencial. Condenó la presencia del director del Servicio de Impuestos Internos, cuando éste manifiesta un conflicto de interés grave en el marco de la ética, y también la semántica del gobierno en materia judicial, esta vez por el conflicto mapuche.

El Partido Progresista, tras reunir las firmas necesarias, en los próximos días estará legalizado en la región del Bío Bío. Así planteará su nuevo organigrama, y revisará los liderazgos para presentar una plantilla parlamentaria para la zona.