La Corte Suprema de Brasil autorizó este lunes en una decisión preliminar la reanudación de las obras de la represa Belo Monte, en el corazón de la Amazonía, suspendidas porque los indígenas no fueron escuchados en el Congreso, informó el máximo tribunal en su sitio web.

La decisión preliminar del presidente del Supremo Tribunal Federal (STF), Carlos Ayres Britto, suspende el fallo del tribunal regional federal de Pará (norte) que el 14 de agosto ordenó interrumpir la construcción de la tercer mayor hidroeléctrica del mundo, pero puede ser revisada cuando el STF examine el caso, advirtió la Corte Suprema.

El STF, máxima instancia judicial del país, aceptó así el pedido del abogado general de la Unión, Luis Inácio Adams, que representa los intereses del Estado ante la Corte Suprema, para reanudar las obras.

Las obras de Belo Monte, a un costo estimado de 13.000 millones de dólares, deben ser reanudadas “para que se evite la ocurrencia de daño notable e irreparable al patrimonio público, al orden administrativo, al orden económico y a la política energética brasileña”, señaló Adams en un documento enviado al STF el viernes pasado.

El 14 de agosto, el tribunal regional federal de la primera región, en Pará, ordenó suspender la construcción de la usina al considerar que comunidades indígenas asentadas en los márgenes del río, que será desviado para su construcción, no fueron escuchadas en el Congreso antes de que se iniciaran las obras en junio de 2011.

Las comunidades indígenas asentadas en los márgenes del río Xingú se oponen a la represa por su alto impacto en actividades como la pesca, si bien la hidroeléctrica se construye fuera de sus territorios.