Estados Unidos demostró en los Juegos Olímpicos de Londres que está un peldaño -o tres o cuatro en el caso de las mujeres- del resto del mundo en básquetbol, capturando los dos oros con una superioridad insultante.

España y Rusia se llevaron la plata y el bronce en hombres, y Francia y Australia en mujeres.

El equipo masculino de Estados Unidos batió por el oro a España (107-100), en el único partido en que el rival llegó vivo al último cuarto, mientras el femenino ganaba a Francia por 86-50.

Los Lebron James, Kevin Durant y Kobe Bryant se colgaban su segundo oro consecutivo, mientras las mujeres ganaban el quinto seguido.

En el camino al oro, ocho victorias en ambos casos. Algunas abusivas. Los hombres le propinaron 156 puntos a Nigeria y se convirtieron en el equipo en anotar más puntos en un partido de los Juegos Olímpicos.

El tanteo final fue de 156 a 73. Estados Unidos batió la anterior marca cuando faltaban cuatro minutos y 36 segundos para acabar el partido gracias a un triple de Andre Iguodala. El récord anterior eran los 138 puntos que Brasil le endilgó a Egipto en Seúl-1988.

La implicación de estrellas como Lebron James en la búsqueda por el oro, que es siempre la gran cuestión cuando los mejores de la liga estadounidense (NBA) van a los Juegos, estuvo fuera de duda.

LeBron ha anotado unos quince puntos y ha dado 6 asistencias por partido en Londres.

“Lebron hace el trabajo sucio, hace el trabajo limpio, y hace todos los trabajos”, se congratuló el entrenador estadounidense Mike Krzyzewski.

James se convirtió en el primer basquetbolista estadounidense en realizar un “triple-doble” (pasar de diez en tres variantes estadísticas) al realizar 11 puntos, 14 rebotes y 12 asistencias ante Australia.

Por su parte, la selección femenina de Estados Unidos lleva 20 años sin perder un partido en unos Juegos Olímpicos, desde las semifinales de Barcelona-1992.

Las estadounidenses Sue Bird, Diana Taurasi y Tamika Catchings han ganado el oro en tres ocasiones, una menos que su compatriota Lisa Leslie.

Otro dato del torneo femenino: la veterana australiana Lauren Jackson se convirtió en la que lleva más puntos en partidos olímpicos, 575 puntos.

Dos selecciones brillaron respectivamente en el torneo, además de los estadounidenses: Francia en mujeres, España en hombres.

Los españoles se redimieron de un torneo irregular -dos derrotas en ocho partidos- con su gran final, mientras Francia dejó para el recuerdo la actuación de su base Celine Dumerc.

España aguantó hasta prácticamente el final del último partido, pero la efectividad estadounidense en el disparo lejano acabó imponiéndose.

“Es decepcionante porque no conseguimos nuestro objetivo, porque tuvimos nuestras posibilidades durante prácticamente todo el partido, pero los dejamos escapar en el cuarto y ya no pudimos remontar”, dijo Pau Gasol sobre el partido.

El torneo maculino vio también la resurrección de Rusia, que se colgó una medalla -de bronce- por primera vez desde la desintegración de la URSS, y el adiós de la Generación Dorada argentina de Manu Ginóbili, que se fue por primera vez de vacío en tres Juegos Olímpicos, tras el oro en Atenas-2004 y el bronce de Pekín-2008.

“Tres Juegos Olímpicos y tres medallas hubiera sido impresionante. No deja de serlo, pero volvemos con otro sabor”, afirmó Ginóbili.

En el duelo por el bronce había un legado en juego. Andrei Kirilenko, de 31 años, versus Emanuel Ginóbili, de 35, los dos mejores jugadores de la historia de sus países se jugaban irse con las manos vacías del que bien podía ser su último partido olímpico, un terreno en el que el argentino había brillado mucho más.