Las Damas de Blanco, el más visible grupo opositor de Cuba, expresó este jueves su “fe” y confianza en el criticado cardenal Jaime Ortega como mediador ante el gobierno de Raúl Castro, tras un diálogo “muy abierto” destinado a restablecer la confianza mutua.

“El cardenal fue muy receptivo, nos escuchó”, dijo Berta Soler, líder del grupo, quien fue acompañada por otras tres activistas en una reunión de tres horas y 40 minutos, que fue solicitada por ellas.

“Tenemos confianza en él (Ortega), fe, puesto que tenemos que agradecerle mucho”, dijo Soler, quien recordó la mediación del prelado para que cesaran los “actos de repudio” contra ellas en 2010 y para la liberación de unos 130 presos políticos, entre ellos familiares de las propias activistas.

El cardenal ha sido blanco de críticas de anticastristas dentro y fuera de la isla, así como de la Radio Martí del gobierno de Estados Unidos, que lo acusan de actitud “lacaya” frente al régimen comunista.

Las mujeres solicitaron al también arzobispo de La Habana que medie ante el gobierno para que cese la “represión” contra ellas y otros opositores, y le pidieron que gestione una audiencia con el papa Benedicto XVI en el Vaticano para una delegación del grupo.

“Fue un diálogo muy abierto y nos vamos contentas (…) Las puertas de la Iglesia nunca han estado cerradas para las Damas de Blanco. Nosotras vamos a seguir tocando las puertas de la Iglesia Católica”, añadió Soler luego del encuentro, efectuado en el Arzobispado de La Habana.

Recordó que el 25 de mayo entregaron al canciller del Arzobispado, Ramón Sánchez Polcari, una lista de 64 presos políticos, para quienes solicitan la liberación. Dijo que 59 de ellos están en prisión y 15 tienen licencia extrapenal, por lo que pueden ser encarcelados otra vez.

“La libertad de los presos políticos no está en manos del cardenal sino en manos del gobierno de Cuba. El cardenal no es el que tiene la llave para abrir la puerta de ningún preso”, añadió Soler.

El grupo de mujeres, Premio Sajarov 2005 del Parlamento Europeo, fue creado en 2003 por esposas y familiares de 75 disidentes encarcelados ese año.