El Vaticano ha enviado a veinte guardias suizos a ayudar en la región de Emilia-Romaña (centro-norte de Italia) a las víctimas del sismo del pasado lunes, anunció este sábado el diario de la Santa Sede, l’Osservatore Romano.

Los guardias suizos dejaron en su armario su casco, su colorido traje renacentista y su alabarda característica y partieron el sábado de mañana vestidos de civil para ayudar a la población de Carpi y Mirandola hasta el lunes. Aprovecharon para su desplazamiento la visita del Papa a Milán, de viernes a domingo.

En el pequeño destacamento había agricultores, cocineros, carpinteros, mecánicos, electricistas y estudiantes, explicó el diario vaticano.

La región de Emilia-Romaña, en el noreste del país, se vio afectada en diez días por dos sismos que dejaron en total 23 muertos y 14.000 personas sin casa.

La iniciativa fue financiada por los propios guardias, todos voluntarios, que renunciaron a su tiempo libre.

Los guardias suizos componen el ejército encargado de la protección del Papa y del Vaticano. Tienen entre 19 y 30 años y son reclutados por un período mínimo de dos años entre los jóvenes solteros católicos de los distintos cantones suizos.