El Parlamento portugués adoptó este miércoles el presupuesto definitivo para 2012 que permitirá al gobierno reducir drásticamente el déficit del país, asistido financieramente por la UE y el FMI, pese a que amenaza con agravar la recesión y el descontento social.

“Es sin duda el presupuesto más exigente desde el regreso de la democracia a Portugal” en 1974, declaró el ministro de Finanzas, Vitor Gaspar, a los diputados.

“Este presupuesto es necesario para restablecer la confianza de los portugueses, de los mercados y de nuestros socios internacionales”, subrayó.

El presupuesto fue aprobado gracias a la confortable mayoría que tiene la coalición de centroderecha en el Parlamento. El Partido Socialista, principal formación de oposición favorable al plan de ayuda internacional, se abstuvo “para defender el interés nacional”, explicó su líder Antonio José Seguro al tiempo que criticó la austeridad que introduce la ley de finanzas.

“Es un mal presupuesto (…) que no hace nada por la economía y no contribuye al crecimiento”, declaró.

Tercer país de la zona euro después de Grecia e Irlanda en pedir ayuda, Portugal obtuvo en mayo pasado del Fondo Monetario Internacional y de la Unión Europea un préstamo de 78.000 millones de euros. A cambio, se comprometió a aplicar un draconiano plan de austeridad y reformas para reducir el déficit del 9,8% del PIB en 2010, al 4,5% a finales de 2012.

El ministro de Finanzas aseguró que el objetivo de reducir el déficit al 5,9% del PIB este año se logrará, gracias, sobre todo, a los ingresos extraordinarios procedentes de la transferencia de los fondos de pensiones de los bancos portugueses a la seguridad social y al Estado.

Las medidas de austeridad para el año próximo, que afectan particularmente a los funcionarios, han soliviantado a sindicatos y partidos de extrema izquierda. El descontento culminó la semana pasada con una huelga general, jalonada de manifestaciones en todo el país.

Ante el riesgo de revuelta social y de que el desempleo llegue el próximo año a la tasa récord de 13,4%, el gobierno aceptó algunas reformas para suavizar las medidas.

Así, la supresión de la 13ª y 14ª pagas extraordinarias afectará solo a los funcionarios y jubilados con ingresos superiores a los 1.100 euros en lugar de los 1.000 previstos en el proyecto de presupuesto.

Esto, supondrá una caída de la recaudación de 130 millones de euros, que será compensada por una subida de los ingresos sobre el capital.

En cambio, el aumento en media hora de la jornada laboral en el sector privado se mantiene.

El presupuesto 2012 prevé también una subida del IVA a diferentes productos y en particular en la hostelería, donde pasará del 13% al 23% para gran enfado del sector que ha advertido del riesgo de cierre de 21.000 establecimientos y el despido de 47.000 trabajadores.

La aprobación del presupuesto 2012 se produce en una situación muy delicada para Portugal que corre el riesgo de sufrir con mayor dureza las consecuencias de la desaceleración de la economía mundial y de la crisis que se prolonga en la zona euro.

El gobierno portugués y la Comisión Europea revisaron recientemente a la baja su previsión de crecimiento para 2012, que se contraerá el 3% del PIB.