El ministro francés de Defensa Gérard Longuet afirmó el martes que “ya no es necesario” que Francia lance en paracaídas armamento para la rebelión libia como hizo a principios de junio al sureste de Trípoli.

“Está surgiendo una organización política diferente a la de Trípoli. Por esa razón ya no es necesario largar armas (…) Porque hay territorios que están organizando su autonomía” que les permitirá abastecerse de terceros, indicó Longuet durante un encuentro con algunos periodistas.

A fines de junio, el Estado Mayor francés confirmó que a comienzos de junio aviones franceses largaron paracaídas con armas livianas para los rebeldes libios y la población en las montañas de Yebel Nafusa, al sureste de Trípoli.

Según Longuet “esa autonomía les permite establecer relaciones con socios externos, incluido cuando se trata de equiparse para su autodefensa. Pero esto no es asunto de la coalición y no es asunto de la resolución 1973″ del Consejo de Seguridad de la ONU, precisó el ministro francés.

Interrogado sobre la credibilidad de la ofensiva anunciada para las próximas semanas por la rebelión sobre Trípoli, Longuet consideró que “de manera constante y creciente hay una capacidad de organización militar y política” de parte de la rebelión al régimen del dirigente libio Muamar Gadafi.

Pero aclaró que “hoy no estamos en un sistema estable, centralizado, obediente en todos sus aspectos en el terreno a una autoridad única”, afirmó.

“Existe una impaciencia del CNT (Consejo Nacional de Transición libio) pero esa impaciencia debe ser confrontada a un principio de realidad”, juzgó.

A fines de junio París reconoció que había entregado ametralladoras y lanzacohetes a la rebelión libia.

Esa decisión generó reservas en sus aliados, como Gran Bretaña, y una oposición abierta de Rusia, que considera que las resoluciones de la ONU sobre Libia “son interpretadas de cualquier forma”.