Los países ricos muestran una actitud “irresponsable” en la cumbre del clima en Cancún, denunció el martes la delegación boliviana, y lamentó su falta de compromiso, el incumplimiento de sus promesas y su visión “mercantilista” de la lucha contra el calentamiento global.

El embajador de Bolivia ante Naciones Unidas, Pablo Solón, que encabeza la delegación de su país en la Cumbre de Cambio Climático -que comenzó en Cancún (México) el lunes- aseguró que los países industrializados no cumplen los compromisos de reducción de emisiones de CO2 que firmaron bajo el Protocolo de Kioto.

“Lejos de haber registrado un decrecimiento de las emisiones, (los países desarrollados) han tenido un incremento entre 1990 y 2008″, aseguró.

Según el Protocolo de Kioto -un instrumento legal internacional creado en 1997 y ratificado por 192 países que entró en vigor en 2005- los países desarrollados se comprometieron a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en un promedio de 5,2% en el periodo 2008-2012 respecto al nivel de 1990.

Solón afirmó que “Bolivia conjuntamente con otros países en vías de desarrollo” estudia la posibilidad de “llevar a los países desarrollados que están incumpliendo su compromiso ante la Corte Internacional de Justicia” (CIJ).

El embajador boliviano lamentó asimismo que las naciones más ricas no hayan aumentado su nivel de compromisos para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, responsables del calentamiento global.

“Lejos de haber un incremento en el nivel de ofertas, se mantienen la mismas que hace un año, que nos dan como resultado un aumento de la temperatura en este siglo de más de 4º C, catastrófico para la humanidad, para la vida en general y para el planeta como hoy lo conocemos”, afirmó.

“Los gobiernos que juegan irresponsablemente en una negociación tienen que ser pasibles de sanción, porque las consecuencias de una negociación infructuosa van a ser millones de vidas humanas”, lanzó.

“Estamos ante el surgimiento de nuevo delito, el ‘ecocidio’ porque no sólo tendremos vidas humanas que se perderán sino vida, biodiversidad, naturaleza, que se perderá, por esta irresponsabilidad en la que se está entrado en estas negociaciones”, lamentó.

Denunció asimismo el deseo de algunos países de crear nuevos mecanismos de mercado que permitan a las naciones industrializadas compensar sus excesivas emisiones de CO2 con la compra de sus derechos a los países que menos contaminan.

Para los países industrializados “será más barato comprar un certificado de reducción de emisiones en un país en desarrollo por 10 dólares que gastar 50 dólares para hacer la reducción en su país”, criticó, considerando que las naciones pobres acabarán así “financiando” a las ricas.

Están “pretendiendo equivocadamente aplicar las reglas de la oferta y la demanda para iniciar un proceso de mercantilización” de la naturaleza, lanzó.