El debilitamiento del dólar crea un dilema para las autoridades estadounidenses, que procuran asistir esa economía sin recortar la confianza existente en el billete verde, estiman los analistas.

Fuente: Agencia AFP

Dólar

El billete verde coqueteó esta semana con su nivel más bajo del año frente al euro y desde hace 10 meses frente al yen, minado por los temores sobre el déficit de Estados Unidos y por la reducción de las tasas de interés, que hacen poco atractiva a la divisa.

Y también padeció de su estatus de valor refugio, ya que ante las primeras señales de recuperación económica los operadores lo abandonan en favor de materias primas y otras monedas.

Su caída reavivó las especulaciones sobre el fin de su utilización en los intercambios petroleros y amenaza su condición de moneda de reserva internacional.

De acuerdo a Donald Rataczak, economista de Morgan Keegan, la Reserva Federal (Fed) podría tener que responder a las presiones a favor de un alza de las tasa directriz, actualmente entre cero y 0,25%, para ayudar a corregir los desequilibrios mundiales entre monedas.

Ciertos analistas consideran que las autoridades estadounidenses, a pesar de reiteradas declaraciones en favor de un “dólar fuerte”, se contentan con ver debilitarse la divisa, porque esto sostiene las exportaciones.

Más aún cuando el riesgo de inflación es menor al de la deflación, según ellos.

No obstante, esta estrategia podría volverse contra Estados Unidos si el dólar pierde la confianza de los inversores, lo que sería un nuevo golpe para el sistema financiero mundial.