En el Valle del Itata se está potenciando el rescate de viñas centenarias que dieron origen al vino chileno y donde hace más de 300 años se plantaron las primeras parras de uva traidas desde Europa.

En comunas como Chillán, Quillón, Ránquil, Portezuelo, Trehuaco y Coelemu hoy existen más de 5.500 propietarios, quienes año a año cosechan 8.900 hectáreas de viñas. Sus tierras y grandes extensiones de viñas con cepas tradicionales constituyen parte del paisaje y la cultura de nuestro país.

En la Hacienda Cucha-Cucha, ubicada en Portezuelo, la empresa Arauco lleva adelante un proyecto que busca revitalizar las parras tradicionales ayudando a consolidar un polo de desarrollo viñatero en la zona.

En este lugar se encuentra el origen del vino chileno, en las viñas centenarias que fueron plantadas por los jesuitas cuando recién llegaron a tierras chilenas con la misión de evangelizar.

A cargo de este proyecto se encuentra Patricio Middleton, con más de 25 años de trayectoria en este rubro, quien junto a la enóloga, Ana María Cumsille, busca aportar e intercambiar conocimientos con los productores locales.

De acuerdo a la información contenida en el libro “Historia del vino chileno”, Cucha Cucha es la viña más antigua de Chile, con parras de principios del siglo XVIII.

En el Valle del Itata se concentran las cepas tradicionales, y es posible encontrar de manera mucho más masiva que en otras zonas las variedades país y moscatel y casi exclusivamente la variedad cinsault, que tradicionalmente los viñateros llaman “cargadoras”.