El mes pasado, comenzó a circular en redes sociales una declaración llamada “Quiero estar solera, pero contigo”, donde la escritora canadiense Isabelle Teissier (33) planteaba una forma de relación de pareja basada en la compañía, sin exigir fidelidad o demasiado compromiso.

La carta publicada en la versión francocanadiense del diario electrónico Huffington Post y que llegó a viralizarse en francés, inglés y español, se dirige a un objetivo amoroso imaginario, al que la mujer le expone todo lo que espera y no espera de la relación que ambos podrían tener, lo que se resume en un vínculo con las ventajas de una pareja amorosa, pero la libertad de una relación de amigos.

A casi un mes del revuelo causado, el columnista de la revista GQ, Noel Ceballos, publicó un artículo en el que sostiene por qué -según su punto de vista- este escrito es tan dañino.

“La frase ‘Quiero estar soltera, pero contigo’ (..) en realidad es un reflejo fiel de una serie de cambios sociales, psicológicos y emocionales que se están dando ahora mismo en nuestra concepción de las relaciones de pareja. Ya sabes: el viejo concepto de las ataduras parece más propio de un mundo arcaico y, quizá, acarree más problemas que soluciones a largo plazo en la mayoría de los casos”, señaló Noel. “Así que es posible que esa frase inicial encapsule un sentimiento tan compartido que, de hecho, contenga por sí mismo la clave de la viralidad del post. Es un eslogan. Lo acabaremos viendo en camisetas”, añadió.

Según él problema está en la descripción que Isabelle hace de la relación con esta futura pareja masculina. “Se mencionan una y otra vez noches de juerga con amigos en las que ese hombre quimérico del futuro tendrá total libertad, pero Tessier sólo hace referencia en una única ocasión, y de pasada, que quizá ella se dé permiso a sí misma para pasar también una de esas noches con sus amigas. Quizá. Tendría que verlo. Pero él, en cambio, tiene carta blanca”, señala.

“Es un concepto realmente grotesco: la idea de que todo hombre busca a alguien que respete su libertad de modo casi patológico —’Quiero ser (…) la que te deja en paz cuando estás trabajando y a la que le encanta cuando te pierdes en tu mundo de música’—, como si fuera un derecho de nacimiento que su pareja debe respetar y asumir desde el primer día. No, aún más: su pareja debe dejar claro por escrito, casi como si se tratase de un contrato, que siempre va a ir él por delante”, señala el columnista.

Para él es preocupante que esta carta se haya viralizado tanto, por el mensaje machista que esconde.

“El hecho de que este acto tácito de sumisión masculina se haya convertido en un viral, sin ápice de visión crítica sobre su contenido, es problemático. El post reproduce una serie de estereotipos que ya deberían estar felizmente superados, mezclando la impulsividad pasional de alguien deseosa de tener un amor contradictorio (ese “es complicado” de Facebook) con una suerte de temor inconsciente a que sus ‘cosas de chicas’ acaben fastidiándolo todo. Es una idea tan equivocada de lo que son realmente las relaciones humanas, y tan pegada a prejuicios sexistas, que resulta increíble la felicidad con la que se está compartiendo”, opina Noel.

El autor plantea que es una mala señal que ideas como estas, que sutilmente indican que las chicas buenas son las que te dejan vivir en paz, sin agobios y “sus rollos femeninos”, es culpa de todos. “¿O acaso todos no hemos pensado así alguna vez en el pasado? Es necesario que nos demos cuenta y paremos… antes de que textos virales como este se conviertan en el pan nuestro de cada día”, finaliza Noel.

A continuación te dejamos la carta original de Isabelle, por si aún no la has leído.

Quiero estar soltera contigo.

Quiero que vayas a tomarte una cerveza con tus amigos, para que al día siguiente tengas resaca y me pidas que vaya a verte porque tienes ganas de tenerme entre tus brazos y que nos acurruquemos. Quiero que hablemos en la cama por la mañana de todo tipo de cosas, pero algunas veces por la tarde; quiero que cada uno haga lo que quiera durante el día.

Quiero que me hables sobre las noches que sales con tus amigos. Que me digas que había una chica en el bar que te hacía ojitos. Quiero que me mandes mensajes cuando estés borracho con tus amigos para que me digas chorradas, sólo para que puedas estar seguro de que yo también estoy pensando en ti.

Quiero que nos riamos mientras hacemos el amor. Que empecemos a reírnos porque estamos probando cosas nuevas y no tienen sentido. Quiero que estemos con nuestros amigos, para que me tomes de la mano y me lleves a otra habitación porque ya no puedes aguantarte más y tienes ganas de hacerme el amor ahí mismo. Quiero intentar permanecer en silencio porque hay gente y nos pueden oír.

Quiero comer contigo, que me hagas hablar sobre mí misma y que tú hables sobre ti. Quiero que discutamos sobre cuál es mejor, la costa norte o la costa sur, el barrio occidental o el oriental. Quiero imaginar el departamento de nuestros sueños, aún sabiendo que probablemente nunca vivamos juntos. Quiero que me cuentes tus planes, esos que no tienen ni pies ni cabeza. Quiero sorprenderme diciendo: “Toma tu pasaporte, que nos vamos”.

Quiero tener miedo contigo. Hacer cosas que no haría con nadie más, porque contigo me siento segura. Volver a casa muy borracha después de una buena noche con amigos. Para que me tomes la cara, me beses, me uses como tu cojín y me abraces muy fuerte por la noche.

Quiero que tengas tu vida, para que decidas irte de viaje unas semanas por puro capricho. Para que me dejes aquí, sola y aburrida, deseando que salte tu carita en Facebook diciéndome “hola”.

No quiero que siempre me invites a tus panoramas, y no quiero invitarte siempre a las míos. Así, al día siguiente puedo contarte cómo fue la noche y tú puedes contarme la tuya.

Quiero algo que sea simple y, a la vez, complicado. Algo que haga que, a menudo, me haga preguntas a mí misma, pero que, en el momento que esté contigo en la misma habitación, desaparezcan todas las dudas. Quiero que pienses que soy guapa, que estés orgulloso de decir que estamos juntos.

Quiero que me digas te quiero y, sobre todo, poder decírtelo yo a ti. Quiero que me dejes andar por delante de ti para que puedas ver cómo se mueven mis caderas de lado a lado. Para que me dejes arañar las ventanas de mi coche en invierno porque mis caderas se contonean y eso te hace sonreír.

Quiero hacer planes sin saber si al final los realizaremos. Estar en una relación clara. Quiero ser esa amiga con la que adoras estar. Quiero que sigas teniendo el deseo de tontear con otras chicas pero que me busques a mí para terminar la noche juntos. Porque quiero ir contigo a casa.

Quiero ser esa a la que le haces el amor y después te quedas dormido. La que te deja en paz cuando estás trabajando y a la que le encanta cuando te pierdes en tu mundo de música. Quiero tener vida de soltera contigo. Porque nuestra vida de pareja sería igual que nuestras vidas de solteros de ahora, pero juntos.

Un día, te encontraré.