Al menos 13 militares y policías fallecieron este domingo en Afganistán en dos atentados suicidas ocurridos en Kabul y en Kunduz (norte), donde los combates contra insurgentes continuaban por la tarde, informaron fuentes oficiales.

El domingo por la mañana, cuatro kamikazes atacaron con fusiles de asalto y cinturones de explosivos un campo de reclutamiento del ejército afgano en Kunduz (norte), donde los combates dejaron dos soldados muertos, indicaron responsables locales a la AFP.

El portavoz del ministerio afgano de Defensa, el general Mohamed Zahir Azimi, precisó que dos de los asaltantes fueron abatidos antes de poder entrar en el centro, pero los otros dos sí lo consiguieron.

Estos dos asaltantes han tomado “el control de una parte del edificio, donde continúan resistiéndose” a las fuerzas de seguridad desplegadas en masa en el lugar, agregó a la AFP el vicegobernador de la provincia de Kunduz, Hamidulá Danishi.

En esos enfrentamientos murieron cuatro militares y cuatro policías hasta el momento, precisó Danishi.

Cientos de militares y policías afganos, ayudados por soldados alemanes de la ISAF (la Fuerza de la OTAN en Afganistán), con base en Kunduz, han rodeado la zona y los helicópteros sobrevuelan el complejo, constató un periodista de la AFP.

Kunduz es una de las provincias más inestables del norte de Afganistán.

Paralelamente, en Kabul, dos kamikazes dispararon contra un autobús que transportaba reclutas al Centro de Formación Militar de Kabul (KMTC), muriendo cinco soldados y causando heridas a nueve más, explicó a la AFP el general Mohamed Zahir Azimi.

“Uno de los kamikazes fue abatido, pero el segundo logró hacer explotar las bombas que llevaba y mató a cinco de nuestros hombres e hirió a nueve más”, precisó Azimi.

Ese lugar ha sido rodeado por el ejército afgano y fuerzas de la ISAF. El cadáver de uno de los kamikazes yacía en la carretera, con varios impactos de bala, no lejos de la carcasa metálica y calcinada del autobús, constató la AFP.

El ataque tuvo lugar en la carretera que va de Kabul a las provincias orientales del país y la frontera con Pakistán.

Muchas bases de militares extranjeros desplegados en Afganistán y de soldados afganos se encuentran a lo largo de esta ruta, que tropas locales o de la OTAN suelen usar. Este año han tenido lugar varios ataques sangrientos contra las fuerzas de seguridad en esta carretera.

Un portavoz talibán, Zabihulá Muhahid, reivindicó ambos ataques, afirmando que más de 12 soldados afganos habían muerto en el de Kunduz y que el ataque en la capital había provocado numerosas bajas militares, aunque sin más precisión.

El objetivo de Estados Unidos de retirar las tropas de combate a partir de 2011 y de confiar a las fuerzas afganas la seguridad del país antes de fines de 2014 es, en opinión de los expertos, excesivamente optimista.

Unos 150.000 soldados extranjeros, dos tercios de los cuales son estadounidenses, están desplegados en Afganistán para apoyar al gobierno de Kabul frente a la rebelión de los talibanes e intentar ganar la guerra iniciada a fines de 2001, cuando tropas internacionales lideradas por Washington invadieron este país.

Por otro lado, la explosión de una bomba junto a una caretera en la provincia de Kandahar, bastión de los talibanes en el sur del país, mató a un conductor e hirió a cuatro niños.