Era inicios de la década del cuarenta cuando Phyllis Poting y Bill Walker se enamoraron en Devizes (Wiltshire, Inglaterra). Ambos bordeaban los veinte años y pensaban casarse en poco tiempo. Sin embargo, el joven, que se desempeñaba como militar, desapareció en la Segunda Guerra Mundial y la mujer nunca supo qué ocurrió con él.

Así lo cuenta Poting, según recoge el portal británico Daily Mail, quien está cerca de cumplir 100 años y recién este fin de semana recibió noticias de su extraviado prometido.

Tal como explica, la última vez que supo de Walker fue cuando se embarcó en 1941 en el buque de carga a vapor SS Gairsoppa que trasladaba 48 toneladas de plata desde Wiltshire hasta Irlanda, por el océano Atlántico. Lamentablemente, el barco se hundió a casi 5 mil metros llevándose la vida de 83 de los 84 tripulantes a unas 300 millas de la costa de Galway, su destino.

Si buen fue la plata lo que motivó a un grupo de arqueólogos realizar una búsqueda submarina, encontrar 700 cartas de los hombres fallecidos resultó ser un tesoro mucho mayor.

Fue ahí cuando los profesionales encontraron la carta de Walker a Poting, en donde el joven le expresaba lo feliz que estaba luego que ella aceptara su propuesta de matrimonio.

Phylls Poting
Phylls Poting

“Desearía que hubieses estado allí cuando la abrí. Lloré de la emoción. No podía contenerme. Si sólo pudieras saber lo feliz que me hizo, cariño”, escribió Walker en el papel que se mantuvo intacto gracias a las condiciones del lugar donde fue encontrado.

“No debería haber sido preservada, pero como no había luz, no había oxígeno y estaba oscuro, era como poner una colección de sustancias orgánicas en una lata, sellarla y ponerla en un refrigerador congelador”, explicó Shaun Kingsley, encargado de museo Postal de Londres en donde serán expuestas todas las cartas en una colección titulada Voces desde la profundidad.

Según contó Phyllis Poting, ella perdió las esperanzas cuando supo del hundimiento del buque y el casi total número de desaparecidos. Unos años después se casó con otro hombre, Jim Holloway con quien tuvo cuatro hijos. Holloway falleció y volvió a contraer matrimonio con Reginald Poting, de quien conserva su apellido.

Sin embargo, al igual que con la protagonista de Titanic, sus sentimientos hacia Walker se mantuvieron intactos. “Habríamos estado casados. Él me amaba mucho. No creo que Bill haya sobrevivido a la guerra, de lo contrario, habría acudido directamente a mi dirección en Roseland Avenue”, dijo la anciana a pesar que no se tienen registros de donde yacen los restos de hombre.

“No puedo creer que la carta estuviera en el fondo de mar y ahora pueda leerla”, expresó Poting, que tiene cuatro nietos y siete bisnietos.

Phylls Poting
Phylls Poting
Phylls Poting
Phylls Poting

Finalmente, la mujer pudo conservar la copia original de la carta, mientras que otra formará parte de la exposición, considerada como la mayor colección de cartas encontradas de esa época.