La fiebre en sí no es una enfermedad, sino que un síntoma que indica que nuestro cuerpo está batallando con sus mecanismos de defensa contra “invasores” que causan alguna patología.

Durante esta época del año, los casos de enfermedades respiratorias aumentan y la fiebre se transforma en un episodio recurrente en muchas personas, especialmente en los niños.

Según explica Javiera Vargas, académica de la Facultad de Enfermería de la U. Andrés Bello, “la fiebre puede ser provocada por una gran variedad de agentes infecciosos y otras condiciones no infecciosas, los que desencadenan una respuesta inflamatoria (quemaduras, cáncer, entre otras)”.

“Los agentes infecciosos producen una respuesta del sistema inmune, generando un aumento del set point (ajuste) por estimulación del hipotálamo y, a su vez, produce un aumento de la temperatura corporal. Gracias a esa respuesta aumenta la eficiencia del sistema inmune que destruyen al microorganismo invasor y dificulta su replicación”, añadió.

Si bien la fiebre parece una situación cotidiana, lo cierto es que no todos saben cuál es la mejor manera de tomar la temperatura en adultos y en niños. Es por ello que la enfermera advierte:

– Siempre debe realizarse una medición objetiva de la temperatura, por medio de un termómetro, único instrumento que permitiría esta acción.

Actualmente en el mercado existe una gran variedad de termómetros con diferentes tecnologías. Es importante señalar que los digitales deben tener constante mantención y calibración del instrumento para que el resultado sea fidedigno.

– La medición puede realizarse en diferentes áreas del cuerpo siendo la rectal y axilar las más utilizadas. Debe recordarse que los valores de rangos normales varían según el sitio de medición.

– En niños es ampliamente utilizado la medición rectal. Sin embargo, es un tema controversial, dado que pueden provocarse lesiones traumáticas y estimulación innecesaria.

– Cuando la temperatura es mayor o igual a 38.5ºC o mayor a 38ºC asociado a molestias o que padezca alguna patología basal que pueda descompensarse con el aumento de la temperatura (cardiopatía, epilepsia, insuficiencia respiratoria, anemia), deben ser tratadas.

Las indicaciones en el hogar son:

Reposo y mayor aporte de líquidos para evitar la deshidratación.

– Medir la temperatura cada 30 minutos para constatar valores objetivos.

– Usar ropa cómoda y ligera. No sobreabrigar.
Realizar baño con agua tibia, si la temperatura es muy elevada.

– Aplicar paños húmedos en cabeza, axilas, cuello y región inguinal, que deben cambiarse frecuentemente.

– El uso de antipireticos como para etanol, iburpofeno, otros AINES, aspirina, siempre deben administrarse por indicación médica.